VALLE DE VIDA
Meditando nuevamente en el capítulo 37
del Libro de Ezequiel, me pregunté lo siguiente: ¿Cómo pudo Ezequiel recorrer
ese valle de huesos secos, permanecer entre ellos quién sabe por cuánto tiempo,
y aún así no dejarse influenciar por lo que veía? A pesar de que solo veía
muerte, desesperanza, sequía, su fe se mantuvo intacta, así como su esperanza
en que aún, en ese oscuro lugar, Dios podría hacer algo a través de él.
En estos tiempos, muchas personas
sienten que Dios los ha colocado en un valle en donde pareciera que todo está
perdido, en donde los sueños se han convertido en pesadillas que atemorizan,
las metas parecieran alejarse cada vez más, y la esperanza se ha secado como
esos huesos que se esparcen en todas las direcciones.
La interrogante surgió nuevamente: ¿Cómo
pudo Ezequiel mantener la esperanza sin convertirse él mismo en uno de esos
cuerpos inertes y secos de ese lugar?
Así pues, decidí irme al principio, al
inicio de la relación de Ezequiel con el Señor, y en el capítulo 3 encontré una
respuesta:
Eze 3:10 “Luego agregó: «Hijo de hombre, que todas
mis palabras penetren primero en lo profundo de tu corazón. Escúchalas
atentamente para tu propio bien".
Ezequiel (hebreo) significa Dios fortalece, fue un sacerdote y profeta entre
595 – 570 a.C., vivió durante el cautiverio de Israel en Babilonia. Fue un
profeta a quién Dios probó de todas las maneras posibles antes de darle una
palabra profética para Israel.
Para mantener su fe en Dios, y la esperanza de que el Señor hace
cosas nuevas con aquello que a sus ojos físicos era imposible de restaurar, este
hombre tuvo que resguardar en su corazón cada promesa, cada palabra y cada visión
que Dios le entregó, las protegió en lo profundo de su corazón, y esto le
trajo bendición, le hizo bien. Si no hubiera hecho lo que el Señor le indicó en
este versículo 10, no hubiese podido continuar haciendo lo que Dios le indicó
hacer en el versículo 11:
"Después ve a tus compatriotas desterrados y
diles: “¡Esto dice el Señor Soberano!”.
Hazlo, te escuchen o no".
Es fundamental que mantengamos la
esperanza de que Dios puede hacer grandes cosas, incluso cuando Él mismo nos
coloca en situaciones en donde todo pareciera haber muerto (sueños, ilusiones,
planes, metas), hay un motivo por el cual Dios nos traslada a esa clase de lugares,
si superamos esa prueba podremos recibir el milagro que estamos esperando, y
también podremos ser una vía a través de la cual otros reciban el suyo.
“Aunque
ande en valle de sombra de muerte,
No
temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu
vara y tu cayado me infundirán aliento".
Salmos
23:4
SOPLA “ALIENTO DE VIDA” Y CONVIERTE ESE
VALLE DE SOMBRA DE MUERTE EN EL VALLE DE VIDA QUE DIOS TE DA HOY.
Itala D´Ambrosio S.
18/08/12
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