Hageo 1:3-9:
“Entonces el Señor envió
el siguiente mensaje por medio del profeta Hageo: «¿Por qué viven ustedes
en casas lujosas mientras mi casa permanece en ruinas?». Esto
es lo que dice el Señor de
los Ejércitos Celestiales: «¡Miren lo que les está pasando! Han
sembrado mucho pero cosechado poco; comen pero no quedan satisfechos; beben
pero aún tienen sed; se abrigan pero todavía tienen frío. Sus salarios
desaparecen, ¡como si los echaran en bolsillos llenos de agujeros!». Esto
es lo que dice el Señor de
los Ejércitos Celestiales: «¡Miren lo que les está pasando! Vayan
ahora a los montes, traigan madera y reconstruyan mi casa. Entonces me
complaceré en ella y me sentiré honrado, dice el Señor. Esperaban cosechas abundantes, pero fueron
pobres; y cuando trajeron la cosecha a su casa, yo la hice desaparecer con un
soplo. ¿Por qué? Porque mi casa está en ruinas —dice elSeñor de los Ejércitos Celestiales— mientras ustedes se
ocupan de construir sus elegantes casas"
Básicamente lo que Dios expresa a través del profeta Hageo es su
preocupación por el descuido en el que está Su Casa, mientras su pueblo se
afana en construir la suya propia la de Dios está cada vez en peor estado.
Cuando seguimos leyendo encontramos que esta actitud de desobediencia trae
consecuencias negativas a todos ellos. Y digo “desobediencia” porque esa gente
ya sabía lo que tenía que hacer para Dios y, sin embargo, no le importó dejarlo
para después.
Ahora bien, nosotros podemos decir “mi iglesia está hermosa, estamos
ubicados en una zona estratégica, las instalaciones son bastante cómodas, ¿Qué
podría estar faltando para que Dios nos haga este llamado? ¿Acaso hace falta
construir algo más? ¿Necesita nuestro templo más paredes, puertas ó pisos?
¿Querrán nuestros pastores que trabajemos en una remodelación del local?”
El único local que hoy Dios nos está pidiendo que remodelemos es nuestro
corazón, es el templo del Espíritu Santo el que necesita ser revisado y
restaurado, hoy es el gran día en donde tienes la oportunidad de tomar tus
herramientas y ponerte a reconstruir los muros que otros derribaron, puedes
blanquear los pisos por donde pasará el Rey y limpiar las ventanas a través de
las cuales alguna vez tus ojos vieron con claridad la grandeza del plan de Dios
para tu vida.
Comparto con ustedes tres puntos básicos que necesitamos revisar y
reconstruir en caso de ser necesario:
1.- Ten un tiempo con Dios diariamente: el devocional es
algo muy personal, por lo cual es una de las cosas más sencillas de dejar
atrás. Desempolva tu cuaderno, toma tu Biblia y ora al Señor. Dios está
esperando que te comuniques con Él para darte ese alimento diario que te
permitirá continuar en el camino que lleva a esas bendiciones que tanto anhelas.
(Jeremías 3:33; Salmo 119; Mc 1:35)
2.- Congrégate: las reuniones semanales son importantes para
nuestro crecimiento espiritual y también para relacionarnos con otros. UN caso
muy común es aquel de personas que oran por un nuevo empleo ó el cupo que esperan
en la universidad, y cuando Dios se los concede dejan de congregarse porque “no
tienen tiempo”. ¿Tendrá eso algún sentido para Dios?
(Hechos 2:42,46-47; Hebreos
10:24, 25; Salmos 122:1; Mt11:28).
3.- Diezma: la Biblia lo dice muy claramente: “no diezmar es
como tratar de robar a Dios”. Para aquellos que no lo hacen regularmente por
falta de organización, una idea que puedo darles es que vayan tomando nota de
sus ingresos (TODOS SUS INGRESOS) quincenales o mensuales y al final de esa
quincena, o mes, entregue el 10% en el sobre que ya está estipulado para dicho
fin, (no olvide colocar sus datos completos)
(Malaquías 3:8-10)
Una de las formas más contundentes de demostrarle a Dios que creo en sus
promesas es con mi diezmo. Él simplemente me pide que le devuelva el 10% de lo
que ya me ha dado. De todo lo que yo recibo (salario, regalos, otros ingresos)
debo diezmar en la Casa de Dios, eso si realmente deseo ver sus bendiciones
hasta que sobreabunden. Este mandato no lo instituyó la iglesia, lo instituyó
Dios.
No permitas que la desobediencia detenga las bendiciones que Dios tiene
para ti, decídete hoy a reconstruir el templo y verás que el Señor te
respaldará como nunca en todo lo que hagas bajo su aprobación.
“Entonces Zorobabel, hijo de Salatiel, y Jesúa, hijo de Josadac, el sumo
sacerdote, y todo el remanente del pueblo de Dios comenzaron a obedecer el
mensaje del Señor su
Dios. Cuando oyeron las palabras del profeta Hageo, a quien el Señor su Dios había enviado, el
pueblo temió al Señor. Luego
Hageo, el mensajero del Señor,
dio al pueblo el siguiente mensaje del Señor:
«¡Yo estoy con ustedes, dice elSeñor!»”
Hageo 1:12-13.
“Ahora les doy una promesa cuando la
semilla aún está en el granero. Todavía no han cosechado su grano,
ni las vides ni las higueras ni los granados ni los olivos han dado sus frutos.
Sin embargo, de hoy en adelante, yo los bendeciré” Hageo 2:19
Dtb
07/07/12
Itala D'Ambrosio Silva
www.dambrosioitala.blogspot.com
www.100milsonrisas.blogspot.com
No comments:
Post a Comment