“El día que el Señor les dio a los israelitas la victoria sobre los
amorreos, Josué oró al Señor delante de todo el pueblo de Israel y dijo:
«Que el sol se detenga sobre Gabaón, y la luna, sobre el valle de Ajalón».
Entonces el sol se detuvo y la luna se quedó en su sitio hasta que
la nación de Israel terminó de derrotar a sus enemigos.
¿Acaso
no está registrado ese suceso en El libro de Jaser? El sol
se detuvo en medio del cielo y no se ocultó como en un día normal. Jamás, ni antes ni
después, hubo un día como ese, cuando el Señor contestó semejante oración. ¡Sin duda, ese día el Señor peleó por Israel!”
Josué 10:12-14
Algunas
veces no oramos por ciertas cosas porque nos parecen algo imposible de
conseguir, pero es Dios quién decide cuales oraciones aprobar y cuáles no. Vale
la pena el riesgo, Josué no tuvo temor de clamar por algo que nunca había
ocurrido, que el sol no se ocultara hasta que derrotaran al enemigo. Josué estaba
enfocado en la meta que debía alcanzar, y estaba seguro que era la voluntad de
Dios que ellos obtuvieran la victoria ese día. Hagamos como Josué:
1.- Orar
con fe: Josué tenía la certeza de que Dios
estaba escuchando, y que para Él nada es imposible.
2.- Caminar
bajo la voluntad de Dios: pregúntale
hacia donde quiere que te dirijas, si andas en su voluntad su ayuda y
protección jamás te faltarán.
Atrévete a hacer una oración imposible al Dios para el cual
nada es imposible.
2017-02-14
@fotala10
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