"Si alguna vez decido volver atrás,
a aquella antigua manera de vivir,
debo entender que, justamente porque camino de espaldas,
seguramente tropezaré y caeré;
debo asumir que cada paso hacia atrás
me aleja de aquellos que una vez me extendieron su mano
para levantarme y sacarme del sitio hacia donde ahora retrocedo;
y debo pedirle a Dios que cuando me arrepienta de mi error
no me encuentre demasiado lejos,
para que puedan escuchar mi clamor".
Itala D´Ambrosio Silva
El día que decidí cambiar mi manera de vivir también tomé la determinación de esforzarme en serle fiel a Dios. En ese preciso momento no habían dudas de cuál era el camino correcto para mí, pero lamentablemente hubo ciertos obstáculos en el camino que, en algunas oportunidades, me desviaron del plan de Dios para mi vida por un corto periodo de tiempo.
Al principio todo parecía indicarme que era la voluntad de Dios, podía incluso ver como las cosas se daban de una manera casi perfecta y pensaba “Dios escuchó mis oraciones y me está respondiendo”. Desafortunadamente, tuve que tropezar y caer para darme cuenta que mis propios deseos fueron como un velo sobre mis ojos, y que lo que parecía la oportunidad perfecta me alejaría de la comunión con el Creador, y me colocaría en desobediencia ante mis líderes espirituales, definitivamente, esa nunca será Su voluntad.
Doy gracias a Dios porque fue Él mismo quien me libró de permanecer en ese error, Su Espíritu estuvo en todo momento insistiendo hasta que por fin pude ver el error y comenzar el proceso que implica el arrepentimiento.
El mismo día en que le decimos al Señor “te acepto como mi único salvador, mi único Dios” ese mismo día hacemos un pacto con Él, una vez que aceptamos Su Espíritu como nuestro guía y le conocemos tal y como Él es, nos hacemos responsables de que su inversión en nosotros se consolide y multiplique.
Esta reflexión no es para un nuevo creyente, sino para los que llevamos años caminando con el Señor, para aquellos que conociendo el corazón de Dios y Su Palabra, podrían sentirse tentados a volver al mundo del cual fueron rescatados a precio de sangre real.
Concluyo con lo que dice la Palabra de Dios al respecto:
"Y cuando la gente escapa de la maldad del mundo por medio de conocer a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, pero luego se enreda y vuelve a quedar esclavizada por el pecado, termina peor que antes. Les hubiera sido mejor nunca haber conocido el camino a la justicia, en lugar de conocerlo y luego rechazar el mandato que se les dio de vivir una vida santa. Demuestran qué tan cierto es el proverbio que dice: «Un perro vuelve a su vómito». Y otro que dice: «Un cerdo recién lavado vuelve a revolcarse en el lodo»". 2 Pedro 2:20-22
by Itala D´Ambrosio Silva
www.dambrosioitala.blogspot.com
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