LA REVELACIÓN DE UN CORAZÓN HERIDO

“El SEÑOR vio la magnitud de la maldad humana en la tierra y que todo lo que la gente pensaba o imaginaba era siempre y totalmente malo. ⁶ Entonces el SEÑOR lamentó haber creado al ser humano y haberlo puesto sobre la tierra. Se le partió el corazón”. Génesis 6:5-6 (NTV)

Nuestro Padre Celestial le dolió en su corazón ver su creación en ruinas, observar al pueblo que Él mismo concibió haciendo lo malo. Pero el mayor dolor que ha sentido el Padre en su corazón fue ver clavado en una cruz a su hijo amado Jesús. Su corazón fue literalmente desgarrado ante tal imagen, pero aún así no desistió de su propósito de redimirnos. Cada vez que ignoramos las enseñanzas de la Palabra de Dios lo que estamos haciendo es pisotear esa sangre que fue derramada por nuestra salvación.

Cuando hablamos de tener la “revelación de la cruz” es trasladarse a ese justo momento en que el Señor dio su vida por nosotros y realmente sentir el peso de su sacrificio. Cuando tenemos esta revelación valoramos su amor y su misericordia como nunca antes.

La primera vez que tuve esta revelación fue en Abril del 2006, en una visión cuando intercedía por la iglesia en donde me congregaba en ese entonces. En esa visión veía a Cristo en la cruz, todo su cuerpo sangraba, y me dijo: “mírame, estoy sangrando, el cuerpo de Cristo está sangrando”. No podría describir el inmenso dolor que invadió mi corazón, tanto así que sentía que mi corazón no iba a resistir, llegué a pensar por unos segundos que tendría un infarto.

A pesar de que este fue un claro mensaje para esa iglesia, también pude entender el alto precio que pagó nuestro Salvador por la humanidad. Está revelación necesitamos anhelarla diariamente, a fin de que nuestros pensamientos, emociones y acciones se mantengan sujetas en obediencia a Él.

“Cualquiera que rechazaba la ley de Moisés moría irremediablemente por el testimonio de dos o tres testigos. ¿Cuánto mayor castigo piensan ustedes que merece el que ha pisoteado al Hijo de Dios, que ha profanado la sangre del pacto por la cual había sido *santificado, y que ha insultado al Espíritu de la gracia?” (Hebreos 10:28-29)

Itala D´Ambrosio S.

19/11/2011