Saturday, March 3, 2012

DANDO EL PRIMER PASO DE FE HACIA MIS BENDICIONES

10 Entreguen completos los diezmos en mi tesorería, y habrá alimento en mi templo. Con esto pueden ponerme a prueba: verán si no les abro las ventanas de los cielos y derramo sobre ustedes abundantes bendiciones. Lo digo yo, el Señor de los ejércitos.

11 »Además, reprenderé a esos insectos que todo lo devoran, para que no destruyan los productos de la tierra, ni dejen sin uvas sus viñedos. Lo digo yo, el Señor de los ejércitos.

12 »Todas las naciones dirán que ustedes son bienaventurados, porque serán una nación envidiable. Lo digo yo, el Señor de los ejércitos.»

Malaquias 3:10-12

Veo algo común en todas las promesas que Dios nos da a través de la Biblia, y es que nosotros debemos dar el primer paso para obtenerlas.

Sin importar cuán ilógico parezca, Dios nos pide una mínima muestra de confianza en Él, una porción de fe tan pequeña como un grano de mostaza. (Mt 17:20).

Por otro lado, cuando nos determinamos a cumplir con Dios, debemos estar preparados para la batalla espiritual que de seguro vendrá. Dice Efesios 6:16 que debemos ponernos en guardia, levantar nuestro escudo de fe, en donde se apagarán los dardos de fuego que el enemigo comenzará a lanzarnos.

Algunos dardos de fuego que el enemigo envía a nuestra mente para evitar que cumplamos con nuestros diezmos y ofrendas son los siguientes:

- "Dios no necesita mi dinero": ciertamente no lo necesita, pero Su Casa (esa iglesia que te recibe todas las semanas, que te da el alimento espiritual que te consuela cuando estas triste, te enseña la Palabra de Dios y te alegra con alabanzas) se mantiene con nuestros diezmos y ofrendas.

- “No puedo dar los diezmos este mes porque primero debo salir de mis deudas”: Lamentablemente esas deudas seguirán allí, ó desaparecerán solo para darte cuenta que aparecen otras mayores, y te preguntarás ¿por qué? Porque si quisieras ser bendecido sobreabundantemente seguirías las instrucciones de Malaquías y dejarías de guiarte por la lógica del mundo.

- “No he llevado la cuenta de cuánto han sido mis ingresos”: en ese caso diezma más de lo que estimas deberías dar. Al fin y al cabo, Dios te dará cien veces más de lo que tu aportas a su obra. (Mc 10:29-30)

Ahora bien, te preguntarás: ¿En qué afecta a Satanás esto? Justamente porque él está convencido de que si cumplimos con el mandato de ofrendar y diezmar, Dios nos bendecirá sobreabundantemente y el Reino de Dios se expandirá más rápido.

Satanás sabe muy bien que el Señor no miente ni se arrepiente (Num 23), la pregunta final sería ¿Lo sabes tú?


Itala D´Ambrosio S.

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