Friday, February 25, 2011

¿DURMIENDO, DESPIERTO Ó VELANDO?

“¿Cómo es posible que no me haya dado cuenta? ¿Por qué no escuché ningún ruido? ¿Por dónde entraron? ¿Por qué solamente se llevaron eso? No entiendo nada”.

Éstas fueron las preguntas retóricas que se hizo Jenny cuando despertó y observó que la puerta de su cuarto y del closet estaban abiertas, se habían llevado solamente el dinero ahorrado que tenía en una de las gavetas, extrañamente, ladrones habían entrado a su casa sin forzar las cerraduras, las cuales permanecían tan herméticamente cerradas como las dejó la noche anterior. Otra cosa que parecía no tener lógica era que en su escritorio tenía varios objetos electrónicos de valor, fácilmente transportables, que no tomaron.

2Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir;

porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios.

3Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete.

Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón,

y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.(Mt. 24.43–44; Lc. 12.39–40; Ap. 16.15)

5El que venciere será vestido de vestiduras blancas;

y no borraré su nombre del libro de la vida,( Ex. 32.32–33; Sal. 69.28; Ap. 20.12)

y confesaré su nombre delante de mi Padre,

y delante de sus ángeles.( Mt. 10.32; Lc. 12.8)

6El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. (Ap 3.1-6)

Hay algunos detalles de este sueño que me gustaría destacar:

1) Jenny estaba dormida cuando todo esto pasó: la primera reacción que generalmente tenemos ante estos sueños (que John Paul Jackson cataloga como “sueños de corrección”, o sea de exhortación) es reprender al devorador, echamos fuera cualquier espíritu de hurto, robo, destrucción y cubrimos nuestros bienes con la sangre de Jesús. Ahora bien, ¿cómo es posible estar tan dormidos para que alguien entre en nuestra casa, se pasee y registre nuestras cosas como mejor le parece y nosotros estemos allí, a menos de medio metro, sin mover ni una pestaña?

Lamentablemente eso está pasando en el ambiente espiritual, y lo está trayendo Dios mismo a la luz para exhortarnos a velar. Velar no significa orar media hora al día, hacer un ayuno a la semana e ir a la iglesia a cada reunión o evento que se programe. Eso es, obviamente, parte de nuestra vida cristiana, pero “VELAR” significa tener comunión con el Espíritu de Dios constantemente, en cada cosa que hacemos, decimos, pensamos y sentimos debe estar incluida Su opinión, si no solo tendremos obras muertas en nuestro contador, porque ¿Quién puede decir que su fe es sólida sin la debida comunión con el Señor? Una persona vigilante no solamente está despierta sino atenta. Muchas veces estamos dentro de la misma casa de Dios pero no estamos velando, nuestros ojos físicos están bien abiertos pero los ojos espirituales están atados a un profundo sueño.

“Mira, respóndeme, oh Jehová Dios mío; Alumbra mis ojos, para que no duerma de muerte; para que no diga mi enemigo: Lo vencí. Mis enemigos se alegrarían, si yo resbalara”. (Sal 13.3-4)


“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe”. (He 12.2ª)

2) Los ladrones sólo se llevaron el dinero: en lo personal, el tema financiero es un poco delicado. Generalmente, no andamos por allí pregonando cuánto tenemos ó cuánto nos hace falta. Esto definitivamente representa esas áreas de nuestra vida que cuidamos como la niña de nuestros ojos; que a veces ni al mismo Dios le damos acceso. Cada quien conoce su “talón de Aquiles”, pues, esas áreas deben ser entregadas en Sus propias manos ó Él de todas formas las tomará. Recuerda esto: Dios siempre tiene un “Plan B” en caso de que no nos guste su “Plan A”. Lo malo es que el Plan B por lo general lo aplica sin aviso y sin protesto. Imagino al Señor diciendo como nuestra amiga abogada Carol Johnson: “EJECÚTESE”.

“Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel”. (Mt 5:25)

“Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”. (1 P 5.6-7)

3) Preguntas retóricas: en mi opinión, ésta es una reacción muy normal. Nosotros mismos nos cuestionamos cuando las cosas no salen tan bien como las planeamos. El problema está en que, si no estamos vigilantes, nuestra agenda se empieza a llenar de asuntos que no están contemplados en la agenda de Dios. Luego viene la frustración como consecuencia de esa “auto-guía” que diseñamos por nuestra propia cuenta.

Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”. (Mt 7.13-14)

“Ahora, pues, si he hallado gracia en tus ojos, te ruego que me muestres ahora tu camino, para que te conozca, y halle gracia en tus ojos; y mira que esta gente es pueblo tuyo. Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso”. (Ex 33.13-15)

Luego de hacer esta reflexión consulté la declaración del pastor César Castellanos para hoy, de la cual sus versículos bases son:

“Bienaventurado el hombre que me escucha,

VELANDO A MIS PUERTAS CADA DÍA,

Aguardando a los postes de mis puertas. Porque el que me halle, hallará la vida,

Y alcanzará el favor de Jehová”. (Pr 8.34-35)

Libro: “Declaraciones de Poder para los 365 días del Año”, by pastor César Castellanos

Dios es bueno!

Itala D´Ambrosio S.

23/02/2011 www.dambrosioitala.blogspot.com

Tuesday, February 15, 2011

MENTE DISCIPLINADA = ÉXITO


“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”. 2 Ti 1.7


Jesús nos dijo que mayores cosas haríamos en Su nombre, y que tendríamos la autoridad para echar fuera demonios, sanar toda dolencia y enfermedad, a través del Espíritu Santo recibimos ese poder. También tenemos la certeza de que el amor de Dios ha sido colocado en nuestros corazones para ser ministrado a otros. Ahora bien, ¿qué es eso del DOMINIO PROPIO?

El dominio propio es la habilidad de controlar nuestras emociones, nuestros pensamientos. Si logramos controlar eso, logramos sujetar todo lo que hacemos, decimos, sentimos. Así pues, si tenemos dominio propio podremos aplicar el poder y el amor de Dios con mayor sabiduría.

En Hechos 24 vemos al apóstol Pablo compartiendo el evangelio mientras está encarcelado, todo iba muy bien hasta que tocó el tema de la justicia, el dominio propio y el juicio venidero. No resulta muy agradable para algunas personas que se les confronte con algo tan personal como el dominio propio, ya que como dije antes, involucra el control que cada quien ejerce sobre sus propios pensamientos y emociones, en otras palabras, su vida personal.

24Algunos días después, viniendo Félix con Drusila su mujer, que era judía, llamó a Pablo, y le oyó acerca de la fe en Jesucristo. 25Pero al disertar Pablo acerca de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero, Félix se espantó, y dijo: Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamaré. (Hch 24.24-25)

La mayoría de nosotros nos sabemos de memoria Filipenses 4:13, que dice "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, y lo aplicamos especialmente al área espiritual, pero ¿que hay de las otras áreas? En la escuela de líderes me enseñaron que existen otras cuatro áreas fundamentales que debo cuidar, además de la espiritual.


- Área Emocional: si realmente creo que todo lo puedo en Cristo que me fortalece entonces mis emociones no dominan mis acciones; cualquier tribulación momentánea que pudiese causar tristeza, enojo, angustia o amargura, queda sujeta al gozo que el Señor me proporciona a través de Su Espíritu.


- Área Social: si realmente creo que todo lo puedo en Cristo que me fortalece entonces estoy preparado para doblegar mi carácter y dar el primer paso en restaurar relaciones, en propiciar el acercamiento con personas que antes me costaba incluso saludar.


- Área Intelectual: si realmente creo que todo lo puedo en Cristo que me fortalece entonces no hay ningún problema en plantearme leer los libros que he tenido de adorno en mi biblioteca desde hace tanto tiempo; en creer que tengo la capacidad de hacer un estudio bíblico semanal; asistir puntualmente a mis clases de liderazgo y lograr el conocimiento secular que necesito para el éxito de mi trabajo en el tiempo que me plantee las metas.


- Área Financiera: si realmente creo que todo lo puedo en Cristo que me fortalece entonces sé que puedo diezmar, ofrendar, organizar mis gastos y ahorrar. Estoy totalmente convencido que tengo el dominio propio de ver algo que me guste sin necesitarlo y decir “no lo compro porque ésta no es mi prioridad”.


- Área Física: si realmente creo que todo lo puedo en Cristo que me fortalece entonces no tengo excusas para alimentarme a las horas incorrectas con comidas que sé que no contribuyen al sano mantenimiento de mi organismo; no tengo justificación para no hacer media hora de ejercicio físico por lo menos dos veces por semana cuando sé que eso es parte del cuidado del Templo del Espíritu Santo, no hay motivo para que el cuerpo no se sujete a mi voluntad de levantarme temprano y tener un encuentro con Dios diariamente.

Todas estas cosas son posibles si en verdad tenemos una mente disciplinada, control de nosotros mismos, en otras palabras: Dominio Propio.

El rey David demostró tener un nivel de dominio propio extraordinario cuando tuvo la oportunidad de quitar de su camino al rey Saúl y no lo hizo (1Samuel 24), tuvo a todos sus hombres detrás de él diciéndole: “aprovecha que Dios lo ha puesto en tus manos, debe ser su voluntad que te vengues”. Pero su dominio propio fue mayor a la angustia de ser perseguido y a la presión de los que le rodeaban, ese auto-control fue lo que le hizo pensar por encima de lo que hubiese sido una satisfacción momentánea que no traería bendición para su vida.

A partir de este lunes decidí seriamente tomar dominio de mi cuerpo y mi mente (ejercicios, mejor alimentación, horarios establecidos con metas diarias), y estoy segura de que el Señor me bendecirá en la medida que vea mi disposición a mejorar en todas las áreas y a demostrar con hechos que “todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.

“Como ciudad sin defensa y sin murallas es quien no sabe dominarse”

Prov 25:28

15/02/2010

Itala D´Ambrosio S.

www.dambrosioitala.blogspot.com

Thursday, February 10, 2011

¿CUÁNTAS VECES HE ABORTADO EL SUEÑO DE DIOS A LO LARGO DE MI VIDA?

Durante la convención anual de la Misión Carismática Internacional (MCI), en Bogotá, Colombia, la cual se llamó EL PODER DE UN SUEÑO, la pastora Claudia Castellanos compartió un tema titulado “Consiguiendo el Sueño de Dios”, nos hizo reflexionar acerca de la importancia de concebir el sueño de Dios por encima de los nuestros y nos dio algunas estrategias para mantenernos enfocados en esa meta. Sin embargo, quisiera resaltar una frase que ella dijo y que fue rhema para mí durante toda la convención:

“EL TEMOR ES UNA PÍLDORA ABORTIVA DE LOS SUEÑOS DE DIOS”

En base a esta frase de la pastora Claudia, me he preguntado toda la semana no solo ¿cuántas veces he abortado el sueño de Dios para mi vida?, sino ¿hasta cuándo lo seguiré haciendo? ¿No han sido ya suficientes veces?.

Sé que ésta es una reflexión que confronta, y que usar el término “aborto” tal vez para algunos suene un poco extremista, pero veamos que dice el diccionario acerca de su significado:

Médicamente, existen dos tipos de aborto:

1) Aborto natural ó espontáneo (pérdida del embrión o feto por causas no provocadas intencionalmente): de este no es necesario ahondar porque cuando hablamos de “concebir el Sueño de Dios” Él mismo se encarga de equiparnos en todas las áreas si realmente nosotros damos el paso de fe y permitimos la concepción.

2) Aborto inducido: interrupción voluntaria del embarazo.

Precisamente quisiera enfocarme en el segundo concepto: aborto inducido. Hagamos algunas comparaciones entre el aborto físico y el espiritual:

EN LO FÍSICO:

EN LO ESPIRITUAL:

Sabiendo que se ha concebido se decide terminar con una nueva vida pretendiendo seguir adelante como si nada hubiese ocurrido.

Sabemos que estando cerca de Dios podremos concebir su sueño, pero cuando finalmente eso ocurre, nos atemorizamos y decimos terminar ese proceso desechándolo y engañándonos a nosotros mismo diciéndonos que “eso era lo correcto”.

Existen páginas web y gran cantidad de especialistas que aconsejan abortar y dan muchísimas razones para hacerlo, entre ellas: “eres muy joven”, “la mujer es dueña de su cuerpo y hace con el lo que quiera”, “esto te impide terminar tus estudios”, “no cuento con suficientes recursos económicos para mantenerlo”, “Aún no está vivo”.

Satanás enviará a sus demonios a infectar nuestra mente con gran cantidad de argumentos para que abortemos el Sueño de Dios, por ejemplo: “No estás capacitado aún”, “Necesitas más tiempo y dinero”, “Estás solo en esto”, “Prepárate ahora y mejor concibe el próximo año”. Pero por experiencia propia puedo decir que el próximo año te dirá exactamente lo mismo. Queda bajo tu completa responsabilidad si aceptas los argumentos del enemigo ó las promesas del Altísimo.

¿Quién te conoce mejor? ¿El que te creó ó aquel que desea destruirte porque sabe que has sido colocado por encima de él?

El sueño de Dios para cada uno es concebido antes de nuestro nacimiento, así que, en el momento en que es revelado a nosotros es cuando más vivo está.

Posibles consecuencias del aborto:

-Infección, esterilidad

-Culpabilidad

-Muerte de la madre en algunos casos.

¿Alguna vez has observado la vida de algún conocido y pensado: “yo debería estar a ese nivel”? algunas de las consecuencias de abortar el plan de Dios son:

-Depresión, tristeza

-Estancamiento

-Renuncia irrevocable al propósito de Dios.

Vemos que tanto a nivel físico como espiritual la principal causa de aborto es el temor y sus consecuencias también son prácticamente las mismas.


El temor tiene dos connotaciones en la Palabra, está el “temor a Dios”, este tipo de temor es aquel que infunde respeto, reverencia, obediencia, trae bendición; pero está el otro tipo de temor que es al cual se refiere la pastora Claudia, que infunde miedo, paraliza, nos impide avanzar y alcanzar nuestras metas.

"En el amor no hay temor sino que el perfecto amor echa fuera el temor;

porque el temor involucra castigo, y el que teme no es hecho perfecto en el amor"

(I Juan 4:18).

Por lo general, el temor es causado por experiencias traumáticas, carencias ó situaciones desconocidas que no deseamos enfrentar. Cuando llegamos a los pies de Jesús y le entregamos nuestras cargas el temor no debería tener ninguna autoridad sobre nuestras vidas. Lamentablemente, el miedo sigue siendo una de las armas más poderosas que Satanás usa en nuestra contra, él sabe que donde logra sembrar temor no habrá fe, la esperanza se irá desvaneciendo y nuestra vida se reducirá a fracasos constantes.


FRUTOS DEL TEMOR Y DE LA FE

FRUTOS DEL TEMOR

FRUTOS DE LA FE

Duda

Abona constantemente el terreno en donde el temor es sembrado.

Seguridad

Conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor, en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en Él” (Ef 3.11-12)


“A algunos que dudan, convencedlos” Judas 18:22

Fracaso

Nada complace más al adversario que vernos derrotados, será más fácil para él atacar nuestras emociones.

Éxito

“Y me dijo Jehová: No tengas temor de él, porque en tu mano he entregado a él y a todo su pueblo” Dt 3.2ª


“Y salieron a campaña los príncipes de los filisteos; y cada vez que salían, David tenía más éxito que todos los siervos de Saúl, por lo cual se hizo de mucha estima su nombre” (1Sam 18:30)

Inseguridad

Imposibilidad de correr riesgos que podrían conducirnos a otro nivel de fe.

Certeza

"Aunque pase por el valle de sombra y de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden aliento" (Salmo. 23:4)

Complejo de inferioridad

Nos infunde menosprecio hacia nosotros mismos, nunca nos sentimos preparados para luchar por nuestros sueños.

Autoestima

“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia”. (1 P 2.9-10)

Tristeza

El enemigo sabe que nuestras emociones son de gran influencia para las áreas de nuestra vida.

Gozo

"Me gozaré y me alegraré en tu misericordia, porque tú has visto mi aflicción, has conocido mi alma en las angustias y no me entregaste en mano del enemigo, hiciste que mis pies se posasen en lugar espacioso"(Salmo 31: 7,8).

Estancamiento

Si yo no avanzo ¿cómo impulsaré a mi familia, amigos y discípulos a llegar a la meta?

Visión

“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.( Flp 3.13-14)

Infidelidad

El Señor esconde su rostro de los infieles. (Dt 32:20)

Obediencia

"Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente, no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo dondequiera que vayas" (Josué 1:9).

Debilidad

El enemigo intenta hacerte creer que eres vulnerable en todas las áreas en las cuales de antemano Dios te llamó a servirle. Te envuelve en el pensamiento “no estoy preparado para esto”.

Fortaleza

Porque todos ellos nos amedrentaban, diciendo: Se debilitarán las manos de ellos en la obra, y no será terminada. Ahora, pues, oh Dios, fortalece tú mis manos”. (Neh 6.9-10)


“¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas; que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. (He 11.32-35)

Desamparo

Una de las más grandes mentiras del enemigo es que nuestro Padre Celestial nos da la espalda en los momentos en que más buscamos de su presencia.

Protección

“En ti confiarán los que conocen tu nombre, por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron. (Sal 9.10)


"El Señor es tu guardador, El Señor es tu sombra a tu mano derecha" (Salmo. 121:5).

Esclavitud

Ya Jesús pagó a precio de sangre nuestra redención.

Libertad

"Abba Padre porqué no me has dado espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor sino de adopción por lo que clamo Abba Padre" (Romanos 8:15).

Angustia

La preocupación excesiva nos lleva a tomar malas decisiones.

Paz

No tendrá temor de malas noticias; Su corazón está firme, confiado en Jehová”. Sal 112.7


“Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. (Flp 4.7)


TEMORES MÁS COMUNES DEL SER HUMANO


Temor a la pobreza:


Nos lleva a un estado de stress, cansancio, trabajo en exceso, hace que coloquemos nuestro trabajo por encima del Dios que nos lo concedió. Las personas con este tipo de temor en sus vidas llegan a verse frías, calculadoras, no dando sin recibir algo a cambio.


¿Cómo contrarrestarlo?


En Deuteronomio 7.8-10, el Señor nos dice que por amor y fidelidad a su juramento, nos liberó para siempre de la servidumbre de Egipto y de su Faraón. También establece que, si guardamos sus mandamientos, su pacto se extenderá hasta mil generaciones. En otras palabras, para aquellos que le aman, Él promete prosperidad y protección dada de su propia mano. ¿Habrá algún trabajo en este mundo que supere esos beneficios? ¿Qué empleo te ofrece un seguro que incluya velar por tu familia hasta tu generación número MIL?

También en Mateo 6:25-34 dice:

26Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? 27¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? 28Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; 29pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. 30Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? 31No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. 34Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal”. Mt 6.25-34

Cuando tratamos de prosperar separados de Dios vivimos en angustia, el temor a perderlo todo y quedarnos nuevamente con las manos vacías nos impide disfrutar lo alcanzado. Pero cuando la prosperidad viene como recompensa a nuestra relación con el Señor, el gozo en todas las áreas es manifiesto.

“A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos”. 1 Ti 6.17-18

Temor a la crítica:

Las personas dominadas por este tipo de temor generalmente manifiestan baja autoestima, timidez, se les hace difícil tomar decisiones, poca o ninguna iniciativa. No expresan sus ambiciones en la vida, ya que se preocupan más por agradar a otros, denotan inseguridad y volatilidad. Evitan las actividades en público por temor a equivocarse. El llamado “miedo escénico” es su mayor argumento. Normalmente están a la defensiva creyendo que saben lo que otros piensan de ellos, en otras palabras, se sienten señalados, suponen cosas que aún nadie les ha dicho, esto los lleva a ser personas asociales en muchos casos. Este temor les impide predicar la Palabra de Dios abiertamente.

¿Cómo contrarrestarlo?

La historia de “David y Goliat” es muy conocida porque un pequeño pastor de ovejas llamado David fue el único, en toda una nación llena de grandes guerreros, capaz de enfrentarse a un gigante de gigantes llamado Goliat.

La Biblia nos cuenta que David era el menor de ocho hermanos, sus tres hermanos mayores formaban parte del ejército del rey Saúl. David tuvo que pasar por alto críticas muy fuertes antes de lograr su meta, que era demostrar al adversario que la mano del Señor estaba con su pueblo. Las críticas comenzaron en su propia familia, pero aún así David no se rindió:

“Y oyéndole hablar Eliab su hermano mayor con aquellos hombres, se encendió en ira contra David y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿y a quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón, que para ver la batalla has venido. David respondió: ¿Qué he hecho yo ahora? ¿No es esto mero hablar? Y apartándose de él hacia otros, preguntó de igual manera; y le dio el pueblo la misma respuesta de antes”. (1 Sm 17.28-30)

¿Cuántos de nosotros podría resistir un “no estás capacitado para este trabajo” cuando quien nos lo dice es nuestra máxima autoridad? La segunda crítica que recibió David fue la del propio rey Saúl:

Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud. David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba”. (1 Sm 17.33-36)

La tercera y última crítica fue dada a David por su adversario:

Y el filisteo venía andando y acercándose a David, y su escudero delante de él. Y cuando el filisteo miró y vio a David, le tuvo en poco; porque era muchacho, y rubio, y de hermoso parecer. Y dijo el filisteo a David: ¿Soy yo perro, para que vengas a mí con palos? Y maldijo a David por sus dioses. Dijo luego el filisteo a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las bestias del campo”. (1 Sm 17.41-45)

La clave para derribar todos los Goliats en nuestro camino nos la da David en el versículo 37:

“Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová esté contigo” (1Sm 17.37)

Cuando ponemos nuestra confianza en el Señor, Él hará que otros coloquen su confianza en nosotros, como lo hizo el rey Saúl con David.

Temor a la enfermedad

Las personas que se ven atormentadas por el temor a la enfermedad generalmente están pensando en ella, comienzan a declarar que están enfermos al más mínimo síntoma o malestar (auto-consentimiento), en muchas ocasiones dan cabida al enemigo que comienza a recordarles las enfermedades que padecieron sus antecesores. Esto les genera angustia, depresión, malestar general.

¿Cómo contrarrestarlo?

Dios es nuestro sanador (Ex 15:26-27/ Sal 103:3), si realmente mantenemos una relación con Él ninguna enfermedad podrá robarnos la sanidad por la cual Jesús ya pagó en la cruz.

quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados” (1P 2:24)

Y no solo nos ha prometido librarnos de toda enfermedad, sino que también nos ha dado la autoridad de echarla fuera de nuestras vidas:

Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos,

para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia” (Mt 10.1)

Podrá encontrar algunos ejemplos del poder sanador de Dios en los siguientes pasajes:

El rey Ezequías (Isaías 38); la mujer encorvada (Lucas 13.11-13); el paralítico de Betesda (Juan 5:1-9); resurrección de Lázaro (Juan 11.1-44); la hija de Jairo y la mujer del flujo de sangre (Marcos 5.21-43)

Esta gente fue sana no solo porque buscó al Señor, no solo porque hicieron una oración, sino porque creyeron que DIOS SANA, la fe marca la diferencia.

Temor a la soledad/al abandono

En el noticiero del día 06Feb11, presentaron un caso de un hombre que secuestró a sus dos pequeñas hijas en Suiza, cruzó la frontera a Italia y desde allí envió una postal a su reciente ex-esposa confesándole que estaba desesperado y que no podía seguir viviendo sin ella. Luego se suicidó arrojándose a los rieles de un tren, no dejó pistas acerca del paradero de las niñas, a quienes la policía tiene una semana buscando con la esperanza de que aún estén con vida.

Casos como este se ven a diario en los noticieros, personas que se quitan la vida como consecuencia de un sentimiento de abandono que supera sus esperanzas. El ser querido pasa a ser el propósito por el cual viven (IDOLATRIA).

Por supuesto, este panorama cambia totalmente cuando se mantiene una relación con el Señor como la tuvo, por ejemplo, el rey David: “aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo, Jehová me recogerá” (Sal 27:10).

Los que estamos bajo una autoridad espiritual dentro de la iglesia, sabemos que aquellos que han sido colocados como nuestros líderes poseen un discernimiento especial que Dios mismo ha colocado en cada uno de ellos. Cada vez que necesitamos un consejo vamos a ellos, sobre todo cuando sabemos que nos apoyarán. Sin embargo, tendemos a menospreciar sus opiniones cuando el consejo incluye un “esa persona no te conviene”, y si no tomamos a bien sus consejos seguramente después vendrá el arrepentimiento y la pregunta retórica: ¿Por qué no hice caso?”.

El temor a la soledad tiene sus raíces en una autoimagen bastante pobre. Las personas agobiadas por este miedo deben entender que el Señor siempre estará allí con ellos y que si Él permite un periodo de tiempo de quietud será para crecimiento en la fe y no para destrucción.

¿Cómo contrarrestarlo?

Jesús prometió: “y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.(Mt 28.20)

Si alguna vez sientes que tu fe se está debilitando por este temor, te invito a que memorices la declaración que hace el Apóstol Pablo en el libro de Romanos 8:37-39:

Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados,

ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo,

ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios,

que es en Cristo Jesús Señor nuestro”.

Temor a la vejez

Hace algunos años, recuerdo haber escrito en una tarjeta de cumpleaños algo más o menos así: “Hoy no celebramos que cumples un año más de vida, sino que estás a un año menos de tu encuentro con el Señor”. Yo misma me sorprendí de haber escrito esa frase, pero ¿acaso esa no es una de las verdades más esperanzadoras para nosotros los cristianos?.

La vejez es, obviamente, un proceso degenerativo que a nadie le complace, sin embargo, debemos mantenernos firmes en la idea de que, hasta que el Señor nos lleve ante su presencia, renovará nuestras fuerzas diariamente, como las del búfalo (Sal 92.10/ Pr 16:31;20:29).

Douglas McArthur dijo: “Nadie envejece por vivir años, sino por abandonar sus ideales. Eres tan joven como lo sea tu fe. Eres tan viejo como tu temor, tus dudas, tu desesperanza”.

¿Cómo contrarrestarlo?

Para aquellos que se han dejado convencer de que después de cierta edad es difícil concebir sueños y ser instrumento para realizar el propósito de Dios, acá les dejo algunos ejemplos bíblicos que refutan esa gran mentira:


- Noé tenía seiscientos años cuando se desató el diluvio. (Gen 7:6).

- Abraham tenía setenta y cinco años cuando Dios le pidió que dejará todo (tierra, parientes) y fuera a una tierra desconocida, y les concedió un hijo cuando él tenía cien años y su esposa Sara noventa (Gen 17:17).

- Dios llamó a Moisés a liberar a toda una nación cuando tenía 80 años (Ex 7:7), y por el hecho de aceptar su propósito observen como terminó sus días: “Era Moisés de edad de ciento veinte años cuando murió; sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor”. (Dt 34.7-8).

- Josué vivió el mismo proceso de su antecesor: y ahora, he aquí, hoy soy de edad de ochenta y cinco años. Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió; cual era mi fuerza entonces, tal es ahora mi fuerza para la guerra, y para salir y para entrar. (Jos 14.10b-12).

- Elizabeth, en su vejez, concibió a Juan El Bautista (Lc1:36).

El amor de Dios permanece para siempre, Él prometió protegernos desde el vientre de nuestras madres hasta el final de nuestros días en esta tierra:

“Oídme, oh casa de Jacob, y todo el resto de la casa de Israel,

los que sois traídos por mí desde el vientre, los que sois llevados desde la matriz.

Y hasta la vejez yo mismo, y hasta las canas os soportaré yo;

yo hice, yo llevaré, yo soportaré y guardaré”.

(Is 46.3-4)

Aun en la vejez fructificarán; estarán vigorosos y verdes,

para anunciar que Jehová mi fortaleza es recto, y que en él no hay injusticia.

Sal 92.14-15

Temor a la muerte (tanatofobia)

“Sólo los que están en condiciones de vivir no tienen miedo de morir” Douglas McArthur.

Con respecto al miedo a la muerte, simplemente es el típico temor a lo desconocido, no sabemos que nos espera hasta que la experimentemos y esa sensación produce incertidumbre.

Como hijos de Dios debemos mantener en mente que la muerte es básicamente el último escalón a subir para nuestro encuentro con el Señor, nosotros no tenemos la autoridad para decidir cuándo subir ese peldaño, sólo nuestro Padre Celestial tiene esa potestad.

¿Cómo contrarrestarlo?

Para aquellos que amamos a Dios “todas las cosas” nos ayudan a bien (Rom 8:38), por lo cual no deberíamos aceptar el temor en nuestro corazón.

“Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe:

Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor.

Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen”.

(Ap 14.13)

Temor a los retos/a lo desconocido

"El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad" - Víctor Hugo

Es irónico, pero muchas personas le temen al éxito, tal vez por las nuevas responsabilidades que esto implica. Por otro lado, el ver a los que una vez estuvieron en el mismo nivel y ahora triunfan por lo general produce angustia, no por el hecho de que otros tengan éxito, sino por entender que han dejado adormecidos los dones y talentos que Dios les ha dado y que, tarde o temprano, el Señor les pedirá cuentas sobre ello.

Mildred Pacheco (predicadora del Centro Cristiano de Este) compartía una experiencia en cuanto a su miedo a predicar desde el púlpito. Ella entendió que si ella no predicaba los temas que Dios estaba colocando en su corazón, simplemente Él levantaría a otro predicador dispuesto a hacerlo.

¿Cómo contrarrestarlo?

Dios se glorifica en los retos. Dios usa a los valientes, a aquellos que se atreven a hacer las cosas que Él inspira. El Señor usa poderosamente y bendice a aquellos que se sienten débiles en si mismos pero que saben que sólo el Señor puede darles el triunfo y a Él lo dedican.

Algunos personajes de la Biblia que asumieron retos que parecían imposibles fueron: Gedeón, Abraham, Moisés, Josué y Caleb, Esther, Nehemías, Daniel, José y María, Pablo, entre otros.

Todo éxito que proviene de Dios no añade tribulación, todo lo contrario, Él quiere bendecirnos para que seamos de bendición (Gen12:12). Jabes fue un hombre sin ninguna posibilidad de triunfar en la vida, pero se rehusó a ser un simple espectador, se negó rotundamente a ser uno más del montón, un día se determinó a creer que los que están bajo la cobertura de Dios obtienen su favor, así pues, oremos con el valor con el que lo hizo Jabes y asumamos nuestro liderazgo en esta tierra:

“E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo:

¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio,

y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal,

para que no me dañe!

Y le otorgó Dios lo que pidió”.

(1 Cr 4.10-11)

Únete conmigo en esta oración:

Señor Jesús,

Te pido perdón por no haber confiado en tí; por todas aquellas veces en que el temor ha tomado el lugar de tu promesa.

Padre Celestial,

En nombre de tu hijo amado, clamo a ti por una oportunidad más, no sé cuántas veces aborté tu sueño, pero hoy prometo concebir el tuyo y no el mío, y cuidarme durante todo el tiempo que lleve darlo a luz, alimentándome con tu Palabra y ejercitándome en la fe.

Espíritu de Dios,

Ayúdame a hacer realidad el sueño de mi Padre, reconozco que sin ti jamás lo lograré. Pido que una unción fresca descienda sobre mí; gracia y sabiduría me acompañen para ministrar a otros tu presencia; dame fortaleza y discernimiento para enfrentar la guerra espiritual que seguramente vendrá, que legiones de ángeles acampen a mi lado, para así obtener la victoria que te glorificará.

Amén.

“Busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de TODOS mis temores”.

Sal 34.4

Dios les bendiga!

Itala D´Ambrosio S.

www.dambrosioitala.blogspot.com