Tuesday, November 15, 2011

Llevando esperanza al que la perdió

En muchas ocasiones he dicho que la Biblia es nuestro “Manual de Normas y Procedimientos”, en ella encontramos todas las indicaciones necesarias para ser y vivir como verdaderos hijos de Dios. Pero no todo son mandatos, leyes y decretos, paralelamente a éstos vienen las promesas del Señor para aquellos que sean fieles y obedientes.

Para una persona que no ha experimentado el amor de Dios en su corazón, que no ha tenido un nuevo nacimiento y una relación cercana al Espíritu Santo, le será muy difícil entender que deberá superar algunas pruebas y huir de ciertas tentaciones antes de ver materializada la bendición que Dios le ha ofrecido. Esta persona simplemente no cuenta con la fe necesaria para fortalecerse espiritual y emocionalmente. Esto la llevará a buscar las alternativas que el mundo le ofrece, una de ellas, que lamentablemente se ha incrementado a nivel mundial en los últimos años, es el suicidio.

Los índices de suicidio a nivel mundial superan el total de muertes por guerras y homicidios. El 90% de dichos suicidios se deben a depresión causada por problemas familiares, crisis socio-económica ó conflictos emocionales (como desengaños amorosos).

Según la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio, diariamente casi 3000 personas ponen fin a su vida, y al menos 20 personas intentan suicidarse por cada una que lo consigue, estaríamos hablando de la alarmante cifra de 60.000 almas que ven la muerte como su única salida a los problemas.

Jesús dijo:

»Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la paz que yo doy es un regalo que el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo (Jn 14:27)

Nosotros hemos sido llamados a ministrar esa paz que sobrepasa todo entendimiento humano, porque proviene directamente de Dios. Pero antes debemos experimentarla nosotros mismos. ¿Cómo podríamos hablar a alguien de la paz de Dios si nosotros mismos lucimos angustiados?

Estoy absolutamente convencida de que estamos viviendo los últimos tiempos, y por consiguiente, seremos probados en la fe y la perseverancia más que nunca. Te invito a que cada vez que estés tentando a desistir de hacer la obra de Dios pienses hay 60.000 personas que en ese mismo día están intentando suicidarse porque nadie les ha predicado acerca del alto precio que ya pagó Jesús por sus vidas.

“También nos alegramos al enfrentar pruebas y dificultades porque sabemos que nos ayudan a desarrollar resistencia. Y la resistencia desarrolla firmeza de carácter, y el carácter fortalece nuestra esperanza segura de salvación. Y esa esperanza no acabará en desilusión. Pues sabemos con cuánta ternura nos ama Dios, porque nos ha dado el Espíritu Santo para llenar nuestro corazón con su amor” (Romanos 5:3-5)

by Itala D´Ambrosio Silva

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