Daniel significa “justicia de Dios”. Vivió aprox. en el año 606 A.C. Daniel fue uno de los jóvenes elegidos parar servir al rey Nabucodonosor en el palacio real. Para la elección de los que finalmente quedarían seleccionados el rey pidió lo siguiente:
1) Que sean personas sanas, fuertes y bien parecidas (v.4a): era necesario que aquellos que fuesen a servir al rey fueran personas activas, sin ninguna enfermedad, sin señales de debilidad. También habla de “bien parecidos” lo cual no necesariamente interpreto como personas hermosas según los estándares del mundo, sino individuos bien cuidados, en su peso ideal, bien vestidos y peinados, como dirían algunos “bien bañaditos, entalcaditos y perfumaditos”.
Si usted está batallando con su peso, con su salud ó con su apariencia personal en general, es hora de que tome cartas en el asunto, porque al REY de reyes debemos servirle con nuestra mejor apariencia, tanto por dentro como por fuera.
2) Que sean instruidos en conocimiento, buen juicio y servicio (V.4b): estas personas no solo debían ser aptas físicamente sino mental, emocional e intelectualmente. Recibieron entrenamiento por tres años de manera intensiva en todo lo concerniente a las costumbres, idiomas, ordenanzas, en fin todo lo que el rey pudiese requerir lo los que estarían a su disposición. Luego de ese periodo el mismo rey escogería a los más cercanos a él.
A veces nos preguntamos ¿Por qué no me escogieron para ese trabajo? ¿Por qué siempre le dan la oportunidad a fulanito y a mí me excluyen? Y por allí empieza a desarrollarse una raíz de amargura.
Cuando nos preparamos para servirle al REY de reyes debemos tener en cuenta que Él tiene la capacidad de escudriñar nuestro corazón. Antes de preguntar ¿Por qué yo no fui escogido? Deberíamos preguntarnos ¿En qué área de mi vida debo esforzarme más para merecer tal privilegio y servir al REY como merece?
En caso de que hayamos sido elegidos debemos recordar lo siguiente:
“CADA BENDICIÓN IMPLICA UNA OBLIGACIÓN”:
“Alguien a quien se le ha dado mucho, mucho se le pedirá a cambio; y alguien a quien se le ha confiado mucho, aún más se le exigirá”. (Lucas 12:48b)
Recibir la bendición y no querer asumir la responsabilidad que ella implica es como recibir un automóvil de regalo y no querer estudiar las leyes de tránsito. Imagínese a un conductor que no sabe que debe detenerse cuando el semáforo está en rojo. Ese regalo, que originalmente pretendió ser de bendición, pasaría a ser de maldición para cada peatón que se cruce en el camino de este conductor que no asumió la responsabilidad anexa a su bendición.
En la segunda parte de este primer capítulo del libro de Daniel, el rey Nabucodonosor se muestra maravillado ante la sabiduría de este joven a quien cambia su nombre a Beltsasar, que significa “protege la vida del rey”. Y de hecho, entre muchos, él terminó siendo el consejero más cercano al rey.
La Biblia dice lo siguiente:
“A estos cuatro jóvenes Dios les dio aptitud excepcional para comprender todos los aspectos de la literatura y la sabiduría; y a Daniel Dios le dio la capacidad especial de interpretar el significado de visiones y sueños” (v.17)
“El rey habló con ellos y ninguno le causó mejor impresión que Daniel, Ananías, Misael y Azarías. De modo que entraron al servicio real” (v.19)
“Cada vez que el rey los consultaba sobre cualquier asunto que exigiera sabiduría y juicio equilibrado, los encontraba diez veces más capaces que todos los magos y brujos de su reino” (v.20)
Aquí confirmamos tres cosas:
1) Dios es quien nos dota: nos da las habilidades necesarias para el trabajo que Él desea que hagamos. Si me ha llamado como adorador, tendré el talento necesario para cantar, tocar un instrumento musical ó cualquier otro talento que se requiera en el grupo. Y así con el resto de los ministerios que conforman el cuerpo de Cristo.
2) Dios es quien nos exalta: coloca en nosotros la gracia necesaria que marca la diferencia con el resto. En un principio no saben exactamente por qué se sienten inclinados a relacionarse con nosotros, pero después, a través de nuestro testimonio, verán que es el amor de Dios a través de nuestra vida que los atrae.
3) Dios nos da autoridad: más adelante veremos que el rey Nabucodonosor colocó a Daniel como gobernador y jefe de todos los sabios. No hay nada en este mundo que pueda resistirse a la voluntad de Dios. Si Él ha determinado que seremos cabeza y no cola… ASÍ SERÁ!
Ahora bien, ya animados con todas estas promesas del Señor, los invito a retroceder un poco en este mismo capítulo. ¿Por qué Dios concedió tantos privilegios a Daniel y a sus amigos?
“Sin embargo, Daniel estaba decidido a no contaminarse con la comida y el vino dados por el rey. Le pidió permiso al jefe del Estado Mayor para no comer esos alimentos inaceptables” (v.8)
“Entonces Daniel habló con el asistente que había sido designado por el jefe del Estado Mayor para cuidar a Daniel, Ananías, Misael y Azarías, 12 y le dijo: «Por favor, pruébanos durante diez días con una dieta de vegetales y agua. Al cumplirse los diez días, compara nuestro aspecto con el de los otros jóvenes que comen de la comida del rey. Luego decide de acuerdo con lo que veas»” (v.11-12)
Daniel no fue privilegiado con dones excepcionales, sabiduría, liderazgo y todo lo que le fue dado simplemente porque creía en Dios. Fue bendecido porque pagó el precio de la fidelidad. No solo se mantuvo fiel cuando estaba protegido lejos de la maldad, sino que se esforzó en guardarse para Dios en un lugar en donde las tentaciones estaban todo el tiempo presente. Fue una prueba que supo superar, en medio de la tentación dijo “NO”.
De todas las veces que Dios ha probado nuestra lealtad, ya sea colocando el mismo la prueba ó permitiéndonos ser tentados, ¿Cuál es nuestro promedio de aprobación? ¿podríamos decir que tenemos la fortaleza de Daniel?
Para recibir la bendición debemos primero superar las pruebas y rechazar las tentaciones. Eso fue exactamente lo que hicieron los hombres y mujeres mencionados en la Palabra de Dios, ¿por qué deberíamos nosotros ser la excepción?
“»Si obedeces al SEÑOR tu Dios en todo y cumples cuidadosamente sus mandatos que te entrego hoy, el SEÑOR tu Dios te pondrá por encima de todas las demás naciones del mundo”. (De 28:1)
Itala D´Ambrosio S.
www.dambrosioitala.blogspot.com
09/08/2011