“Y ustedes nos están ayudando al orar por nosotros. Entonces mucha gente dará gracias porque Dios contestó bondadosamente tantas oraciones por nuestra seguridad” (2Corintios 1:11)
Interceder es colocarse en el lugar de otra persona y clamar a Dios con todo nuestro ser, con pasión y profunda compasión. Nuestro mayor ejemplo es Jesús, quién se colocó en nuestro lugar en la cruz y ahora está a la diestra del Padre en constante intercesión por nosotros (Romanos 8:34).
La intercesión no es algo que debo hacer por imposición, sino que siento hacer, y ese sentir se hará más frecuente y más fuerte en la medida que yo me acerco más a Dios. Cuando estoy conectado al corazón de Dios automáticamente el Espíritu Santo me llevará a un plano espiritual más alto, en donde veré la necesidad de otros como si fuese mía, y allí se manifestará el poder de Dios con cada palabra pronunciada en oración.
La intercesión no es algo que debo cronometrar, su efectividad no se mide por el número de horas o minutos que dispongo para hacerlo. En mi experiencia personal, puedo decir que he podido asombrarme de ver como Dios ha respondido a una intercesión en la que tal vez duré 10 minutos pero fue una oración que salió de lo más profundo de mi corazón.
Cuando intercedas por alguien trata de colocarte en el lugar de esa persona, pídele a Dios que te muestre su corazón, que te haga entender la situación por la que está pasando, que te muestre su dolor, el peligro que pudiera estar corriendo, qué trampas está colocando el enemigo en su camino, y pídele también que te muestre cómo interceder para que esa persona sea sanada y protegida en todas las áreas de su vida.
Todos necesitamos que intercedan por nosotros, para eso pertenecemos al Cuerpo de Cristo que es Su iglesia, no dudemos en buscar el soporte de nuestros líderes espirituales y miembros de la iglesia que sabemos podrían interceder de una manera especial por nosotros delante de Dios.
“Señor, hoy te pido con todo mi corazón que abras mis ojos espirituales, muéstrame lo que tú ves, hazme pensar como tú piensas, permíteme sentir lo que tú sientes por cada persona por la que voy a interceder de ahora en adelante, para así poder brindar la ayuda que ellos necesitan, dame el privilegio de ver tus milagros en ellos a través de mi intercesión. Y protégeme de cualquier retaliación que venga de parte del enemigo, porque sé que vendrá a tratar de detener el propósito que tienes con mi vida. Que sea tu Espíritu actuando a través de mí y protegiéndome de todo mal. Te lo pido en el Nombre de Jesús! Amén”
Itala D´Ambrosio S.
04/08/2013
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