Me
llamó la atención una definición de división que encontré en internet: dice que
la división es “una operación de la aritmética donde
se descompone una cifra”. Y básicamente eso causa la división en la iglesia, una descomposición
del cuerpo de Cristo. Es por esto que quise reflexionar en el siguiente
versículo:
“Incluso algunos hombres de su propio grupo se
levantarán y distorsionarán la verdad para poder juntar seguidores” (NTV) Hechos 20:30
Lamentablemente
esta experiencia ya la hemos vivido en varias oportunidades dentro de la
iglesia. Gente a quien una vez se le extendió la mano cuando estuvieron en
crisis, y que posteriormente, no solo se levantaron en rebeldía, sino que
arrastraron con ellos discípulos que se formaron en la iglesia y en donde
tenían un llamado específico.
Por
supuesto que la división que causan estas personas en el Cuerpo de Cristo trae
tristeza y dolor al liderazgo y a quienes una vez les consideraron gente de
confianza. Pero quiero resaltar hoy lo que dijo Pablo unos versículos antes, en
este mismo capítulo:
“Declaro hoy que he sido
fiel. Si alguien sufre la muerte eterna, no será mi culpa, porque
no me eché para atrás a la hora de declarar todo lo que Dios quiere que ustedes
sepan” Hechos 20:26-27
Lo
más importante es que cada uno de nosotros podamos analizarnos y estar
satisfechos de que hicimos todo lo posible por exhortar y enseñar tal y como la
Biblia indica. Y si aún así, hay personas que desean dividir y otros que desean
irse sin cobertura, entonces es mejor ayudarlos a levar anclas y que sus barcas
zarpen hoy, y no mañana.
Fíjese
en algo: podar implica un proceso de recortar, de quitar, pero este “recorte”
trae posteriormente un incremento en el rendimiento del fruto que realmente
sirve (http://es.wikipedia.org/wiki/Poda). Así que, no pensemos tanto en el “recorte”,
sino en el “rendimiento” que vendrá.
“Y ahora, mis amados
hermanos, les pido algo más. Tengan cuidado con los que causan divisiones y
trastornan la fe de los creyentes al enseñar cosas que van en contra de las que
a ustedes se les enseñaron. Manténganse lejos de ellos. Tales personas no
sirven a Cristo nuestro Señor; sirven a sus propios intereses. Con palabras
suaves y halagos, engañan a la gente inocente; pero todos saben que
ustedes son obedientes al Señor. Eso me llena de alegría. Quiero que sean
sabios para hacer lo que está bien y sigan siendo inocentes en cuanto a toda
clase de mal. El Dios de paz pronto aplastará a Satanás bajo los pies de
ustedes. Que la gracia de nuestro Señor Jesús[g] sea con
ustedes” Romanos 16:17-20
“Así que estén alerta. Recuerden que día y
noche, durante tres años, no he dejado de amonestar con lágrimas a cada uno en
particular. »Ahora los encomiendo a Dios y al mensaje de su gracia, mensaje que
tiene poder para edificarlos y darles herencia entre todos los *santificados”
Hechos 20:31-32
Dios
les bendiga!
Itala
D´Ambrosio S.
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