Éstas fueron las preguntas retóricas que se hizo Jenny cuando despertó y observó que la puerta de su cuarto y del closet estaban abiertas, se habían llevado solamente el dinero ahorrado que tenía en una de las gavetas, extrañamente, ladrones habían entrado a su casa sin forzar las cerraduras, las cuales permanecían tan herméticamente cerradas como las dejó la noche anterior. Otra cosa que parecía no tener lógica era que en su escritorio tenía varios objetos electrónicos de valor, fácilmente transportables, que no tomaron.
2Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir;
porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios.
3Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete.
Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón,
y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.(Mt. 24.43–44; Lc. 12.39–40; Ap. 16.15)
5El que venciere será vestido de vestiduras blancas;
y no borraré su nombre del libro de la vida,( Ex. 32.32–33; Sal. 69.28; Ap. 20.12)
y confesaré su nombre delante de mi Padre,
y delante de sus ángeles.( Mt. 10.32; Lc. 12.8)
6El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. (Ap 3.1-6)
Hay algunos detalles de este sueño que me gustaría destacar:
1) Jenny estaba dormida cuando todo esto pasó: la primera reacción que generalmente tenemos ante estos sueños (que John Paul Jackson cataloga como “sueños de corrección”, o sea de exhortación) es reprender al devorador, echamos fuera cualquier espíritu de hurto, robo, destrucción y cubrimos nuestros bienes con la sangre de Jesús. Ahora bien, ¿cómo es posible estar tan dormidos para que alguien entre en nuestra casa, se pasee y registre nuestras cosas como mejor le parece y nosotros estemos allí, a menos de medio metro, sin mover ni una pestaña?
Lamentablemente eso está pasando en el ambiente espiritual, y lo está trayendo Dios mismo a la luz para exhortarnos a velar. Velar no significa orar media hora al día, hacer un ayuno a la semana e ir a la iglesia a cada reunión o evento que se programe. Eso es, obviamente, parte de nuestra vida cristiana, pero “VELAR” significa tener comunión con el Espíritu de Dios constantemente, en cada cosa que hacemos, decimos, pensamos y sentimos debe estar incluida Su opinión, si no solo tendremos obras muertas en nuestro contador, porque ¿Quién puede decir que su fe es sólida sin la debida comunión con el Señor? Una persona vigilante no solamente está despierta sino atenta. Muchas veces estamos dentro de la misma casa de Dios pero no estamos velando, nuestros ojos físicos están bien abiertos pero los ojos espirituales están atados a un profundo sueño.
“Mira, respóndeme, oh Jehová Dios mío; Alumbra mis ojos, para que no duerma de muerte; para que no diga mi enemigo: Lo vencí. Mis enemigos se alegrarían, si yo resbalara”. (Sal 13.3-4)
“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe”. (He 12.2ª)
2) Los ladrones sólo se llevaron el dinero: en lo personal, el tema financiero es un poco delicado. Generalmente, no andamos por allí pregonando cuánto tenemos ó cuánto nos hace falta. Esto definitivamente representa esas áreas de nuestra vida que cuidamos como la niña de nuestros ojos; que a veces ni al mismo Dios le damos acceso. Cada quien conoce su “talón de Aquiles”, pues, esas áreas deben ser entregadas en Sus propias manos ó Él de todas formas las tomará. Recuerda esto: Dios siempre tiene un “Plan B” en caso de que no nos guste su “Plan A”. Lo malo es que el Plan B por lo general lo aplica sin aviso y sin protesto. Imagino al Señor diciendo como nuestra amiga abogada Carol Johnson: “EJECÚTESE”.
“Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel”. (Mt 5:25)
“Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”. (1 P 5.6-7)
3) Preguntas retóricas: en mi opinión, ésta es una reacción muy normal. Nosotros mismos nos cuestionamos cuando las cosas no salen tan bien como las planeamos. El problema está en que, si no estamos vigilantes, nuestra agenda se empieza a llenar de asuntos que no están contemplados en la agenda de Dios. Luego viene la frustración como consecuencia de esa “auto-guía” que diseñamos por nuestra propia cuenta.
“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”. (Mt 7.13-14)
“Ahora, pues, si he hallado gracia en tus ojos, te ruego que me muestres ahora tu camino, para que te conozca, y halle gracia en tus ojos; y mira que esta gente es pueblo tuyo. Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso”. (Ex 33.13-15)
Luego de hacer esta reflexión consulté la declaración del pastor César Castellanos para hoy, de la cual sus versículos bases son:
“Bienaventurado el hombre que me escucha,
VELANDO A MIS PUERTAS CADA DÍA,
Aguardando a los postes de mis puertas. Porque el que me halle, hallará la vida,
Y alcanzará el favor de Jehová”. (Pr 8.34-35)
Libro: “Declaraciones de Poder para los 365 días del Año”, by pastor César Castellanos
Dios es bueno!
Itala D´Ambrosio S.
23/02/2011 www.dambrosioitala.blogspot.com
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