Wednesday, February 22, 2012

PERDONANDO CÓMO JOSÉ Y PIDIENDO PERDÓN COMO SUS HERMANOS (PARTE I)


GENESIS 50 (NTV)
José perdona a sus hermanos
14 Después de haber enterrado a Jacob, José regresó a Egipto junto con sus hermanos y todos los que lo habían acompañado al entierro de su padre. 15 Pero ahora que su padre había muerto, los hermanos de José tuvieron temor, y se decían: «Ahora José mostrará su enojo y se vengará por todo el mal que le hicimos».
16 Entonces enviaron a José un mensaje que decía: «Antes de morir, tu padre nos mandó que 17 te dijéramos: “Por favor, perdona a tus hermanos por el gran mal que te hicieron, por el pecado de haberte tratado con tanta crueldad”. Por eso nosotros, los siervos del Dios de tu padre, te suplicamos que perdones nuestro pecado». Cuando José recibió el mensaje, perdió el control y se echó a llorar. 18 Entonces sus hermanos llegaron, y se arrojaron al suelo delante de José y dijeron:
—Mira, ¡somos tus esclavos!
19 Pero José les respondió:
No me tengan miedo. ¿Acaso soy Dios para castigarlos? 20 Ustedes se propusieron hacerme mal, pero Dios dispuso todo para bien. Él me puso en este cargo para que yo pudiera salvar la vida de muchas personas. 21 No, no tengan miedo. Yo seguiré cuidando de ustedes y de sus hijos.
Así que hablándoles con ternura y bondad, los reconfortó.
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Cuando estudiamos la vida de José las cosas que más nos impacta de su vida es la especial capacidad que tuvo para perdonar a sus hermanos, incluso aunque éstos llegaron a pensar en asesinarlo.
Generalmente, utilizamos este pasaje para hablar de la importancia de perdonar, pero esta vez quisiera que veamos los dos lados de la moneda, y también analicemos la actitud que debe tener aquel que pide perdón.
1.- Perdonando como José:
José era un hombre sensible (v.17): a pesar de todos los años que estuvo de esclavo, en la cárcel, alejado de su familia, José no endureció su corazón. Esto solo se logra manteniendo el sueño de Dios vivo en nuestros corazones. No en vano le llaman “José el soñador”. Nadie como este hombre para aferrarse a ese sueño.
Cada vez que veas que las cosas no resultan como esperabas, que las dificultades parecen multiplicarse y las opciones desvanecerse frente a tus ojos, te animo a que sigas soñando, mantén vivo el sueño de Dios en tu corazón porque será la única manera de que tu fe pase la prueba y se materialice ese sueño en el momento que menos lo esperas, en el tiempo perfecto de Dios.
José era un hombre humilde (v.19): José, lejos de decir “ahora que tengo poder me vengaré de los que me hicieron daño”, mantuvo siempre presente que él no era quién para tomar el lugar del Señor. Demostró un conocimiento excepcional del carácter y la voluntad de Dios para su vida y la de sus hermanos.
Para llegar a ese nivel de humildad necesitamos tener una relación diaria con Dios, no solo un tiempo devocional en el cual estudiamos Su Palabra, si no también hacerlo parte de cada momento del día, es imprescindible invitar al Espíritu Santo a ser nuestro mejor amigo, confidente, consejero, que tengamos dependencia absoluta de Él, para que así sea reproducido su carácter en nosotros.
José era un hombre de propósito (v.20): José estaba claro en cuanto al propósito para el cual Dios lo había escogido y en ningún momento dudó. Se mantuvo firme y no renegó, ni siquiera en los peores momentos.
Si aún no sabes cuál es el propósito por el cual estás en el lugar en donde te encuentras, ó compartiendo con las personas que están a tu alrededor, clama al Señor y pídele que te revele su propósito, el motivo por el cual te colocó en el lugar en donde estás y los tiempos perfectos para actuar. Y confía en que Su voluntad es buena, agradable y perfecta.
José era un hombre compasivo (v.21): José no solo les dice “los perdono”, sino que los consuela, les da ánimo.
(continuará la segunda parte... "PIDIENDO PERDÓN COMO SUS HERMANOS")

Saturday, February 18, 2012

¿MURO O PUERTA?

Hoy recibí una llamada de mi amiga Ana Victoria (Vicky) Mendoza (desde Londres) y compartió una Palabra en Cantares 8, esa palabra es la siguiente (traté de interpretarla lo más parecido posible a lo que ella me dijo y agregué un par de conceptos):

CANTARES 8:8-9

(NTV)

Los hermanos de la joven

8 Tenemos una hermanita demasiado joven para tener pechos. ¿Qué haremos con nuestra hermana si alguien pide casarse con ella?

9 Si es virgen como un muro, la protegeremos con una torre de plata;

pero si es promiscua como una puerta que gira, le trabaremos la puerta con una barra de cedro.

10 Yo era virgen como un muro, ahora mis pechos son como torres. Cuando mi amante me mira se deleita con lo que ve.

(RV 1960)

8 Tenemos una pequeña hermana, Que no tiene pechos, ¿qué haremos a nuestra hermana Cuando de ella se hablare?

9 Si ella es muro, Edificaremos sobre él un palacio de plata; si fuere puerta, la guarneceremos con tablas de cedro.

10 Yo soy muro, y mis pechos como torres, desde que fui en sus ojos como la que halla paz.

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En el versículo 9 hay dos elementos que fácilmente podríamos compararlos con las actitudes que como seres humanos y cristianos adoptamos: “un muro” ó “una puerta”.

Este versículo dice:

1.- “Si es virgen como un muro, la protegeremos con una torre de plata” (NTV) ó “Si ella es muro, Edificaremos sobre él un palacio de plata” (RV)

El ser virgen no solo habla de sexualidad, nos habla de la integridad de la persona, de la consagración, de la pureza de su corazón, de la transparencia con la que se maneja y vive.

Una persona con esas características es como un muro: sólido, estable, fuerte, inamovible de su posición, difícil de derribar y es digno de que sobre él se edifique un palacio de plata, de que se le proteja con una torre de plata. En otras palabras, merece atención, cuidado, admiración, de exaltación.

2.- “Si es promiscua como una puerta que gira, le trabaremos la puerta con una barra de cedro” (NTV) ó “si fuere puerta, la guarneceremos con tablas de cedro” (RV)

El ser como una puerta que gira podríamos compararlo con las olas del mar, que van y vienen, como dice en el libro de Santiago 1:6. Nos habla de la inestabilidad en las decisiones, la falta de compromiso, las debilidades de una persona. Sin embargo, lo hermoso de esta parte del versículo es que Dios no desecha a quienes son puertas giratorias en algún momento de sus vidas, lo que el Señor hace con ellas es guarnecerlas (guarnecer significa proveer de lo que necesitan, abastecer, surtir, defender, embellecer, adornar, revestir, equipar, aparejar, acicalar, dotar, reforzar, amurallar).

Aquellos que ya son muros, son dignos de exaltación y honra, aquellos que son puertas giratorias, merecen ser estabilizados, reforzados y embellecidos por aquellos muros que Dios ha colocado a su alrededor. ¿Acaso no es ese el cuerpo de Cristo del que anhelamos formar parte?


Dios no se retracta de su llamado y mucho menos de sus promesas, si eres un muro fuerte necesitarás la protección de los que están a tu alrededor para que no seas debilitado, y si eres una puerta que aún gira, que va y viene, entonces necesitarás que aquellos que son muros coloquen esa barra de cedro que detendrá ese vaivén, requerirás la guarnición (reforzamiento) de aquellos que desean lo mejor para ti y tienen la madurez espiritual para ayudarte a conseguir la estabilidad que necesitas.