Thursday, September 23, 2010

MUCHOS LLAMADOS, POCOS ESCOGIDOS...

“Hermanos amados de Dios, sabemos que él los ha escogido, porque nuestro evangelio les llegó no sólo con palabras sino también con poder, es decir, con el Espíritu Santo y con profunda convicción. Como bien saben, estuvimos entre ustedes buscando su bien”. 1Tes 1:4-5

En la primera carta de Pablo a los tesalonicenses, vemos reflejado el amor y dedicación de este apóstol hacia aquellos que recibieron las buenas nuevas a través de él, así como el agradecimiento al Señor por la consolidación de su Palabra en cada uno de ellos.

La comunidad cristiana de Tesalónica era relativamente joven, con poco tiempo de formada y comenzando apenas a crecer en medio de obstáculos y gran oposición. Sin embargo, nada de esto fue impedimento para que aquellos hombres y mujeres fuesen instrumento de gran valor en las manos de Dios. Los versículos 4 y 5 confirman el llamado de este pueblo a dar testimonio del evangelio, a ser ejemplo y guía espiritual a pesar de la tribulación que atravesaban, la cual lejos de desanimarlos mas bien pareciera darles fuerzas para seguir adelante.

Según lo que afirma Pablo en estos versículos, los elegidos de Dios, aquellos que han sido llamados a su servicio y aceptan seguirle, abre su corazón y alberga en el:

1) El poder de Dios:
El mismo Señor Jesús les dio potestad a sus discípulos para que en su nombre hicieran milagros (Mt 10:1), pero fue realmente en el día de Pentecostés que ellos recibieron este poder y comenzaron a ser instrumentos de Dios completos, viéndose milagros y prodigios a través de ellos.

Con respecto al día de Pentecostés, la Palabra dice que los discípulos estaban “unánimes juntos” (He 2:1). “Unánime” significa: grupo de personas de común parecer; y “juntos” quiere decir que estaban reunidos en un mismo lugar.

El Señor se complació en otorgarles estos dones extraordinarios cuando finalmente estaban en un solo sentir, con una misma visión, y reunidos en un mismo lugar, trabajando en equipo. Él no derramó su poder en uno primero y en otro a la semana siguiente, NO, Dios se agrada de la unidad del cuerpo. Imagínese a Dios dando piernas fuertes y rápidas a un cuerpo en donde los ojos no ven ó simplemente no están, está persona correrá y con la misma rapidez se caerá.

Nos preocupamos por recibir dones, por ser usados por Dios e ir como grandes profetas a las Naciones, tal vez soñamos con un ministerio como el de los hermanos Calveti, y nos esforzamos por conseguirlo ¿quién dice que no? Pero hoy yo quiero que meditemos en lo siguiente:
“El Señor quiere que, en vez de afanarte por desarrollar individualmente tu ministerio, le tiendas la mano a aquel condiscípulo que tal vez empieza, que quizás aún no entienda la visión con la que estén trabajando, que te reúnas con quienes Dios ha elegido como condiscípulos y sean de un solo sentir, un solo pensamiento; anima al que está triste, fortalece al débil, se la andadera del que aún no puede caminar por su propia cuenta. De esta forma todos viviremos nuestro Pentecostés, pero como lo dice la Palabra: “unánimes juntos”

Si tu realmente consideras que Dios te ha elegido entonces se sobreentiende que eres un miembro activo de su cuerpo, que formas parte de un grupo de discípulos que están bajo la autoridad de un líder, que compartes la visión de la iglesia y ansías el bien común de la gran familia de Dios.


2) El Espíritu Santo:
Los tesalonicenses fueron ejemplo para otras comunidades, esto habla de la manifestación de los frutos del Espíritu Santo en ellos. Cuando el Espíritu de Dios mora en nosotros las palabras muchas veces sobran, nuestra conducta refleja el verdadero cambio, una transformación que va acorde con las enseñanzas y el carácter de nuestro Señor Jesucristo.

Si realmente consideras que Dios te ha elegido entonces se sobreentiende que el carácter de Cristo en tu vida da testimonio por si solo a los que te rodean, que los frutos del Espíritu se manifiestan en tus acciones cada día más (Gal 5:22).

3) Profunda convicción:
Algunos diccionarios dicen que “convicción” es una idea fuertemente arraigada. Esta gente de Tesalónica verdaderamente experimentó un cambio radical, toda la enseñanza recibida de Pablo y sus discípulos fue aceptada como la verdad absoluta. En otras palabras, aunque no veían no dudaron, y aunque las circunstancias parecían contradecir esas enseñanzas, ellos permanecieron seguros de recibir algún día aquello que no habían visto, a esto le llamamos FE (Heb 11:1).

Si realmente consideras que Dios te ha elegido entonces se sobreentiende que confías plenamente en la enseñanza que has recibido de tus líderes espirituales, que entiendes y proclamas el Evangelio como la verdad absoluta, incluso en situaciones de oposición y opresión, y que has experimentado una transformación fácilmente visible por quienes alguna vez te vieron sin el Señor a tu lado.


“No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé” Jn 15:16

Dios los bendiga!

Itala D´Ambrosio S.
www.dambrosioitala.blogspot.com

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