Tuesday, June 29, 2010

ÉTICA: ¿Cómo se comporta un discípulo verdaderamente radical? - Parte II (En los Estudios)

“Todo camino del hombre es recto en su propia opinión; pero Jehová pesa los corazones”
(Prov.21:2)

En el caso de aquellos que se están preparándose académicamente, a cualquier nivel, es importante que tengan en cuenta que ustedes dan testimonio a sus compañeros y a sus profesores, su ética será atacada por tentaciones tales como: copiar en un examen, pedir a otro que haga la tarea por usted y presentarla como suya ó algo tan aparentemente insignificante como dar una falsa excusa por llegar tarde a clases o no entregar un trabajo a tiempo. Les aseguro que estas tentaciones se presentarán tan irresistiblemente convenientes que será difícil rechazarlas. Pensamientos como:

a) “A nadie hago daño con una mentirita como esta”
b) “Es que no tuve tiempo de estudiar para este examen, pero para el próximo si estudiaré”
c) “Es que este profesor es muy malo, nadie le entiende, y de paso la tiene agarrada conmigo”

Su respuesta a todos esos pensamientos que, obviamente no provienen de Dios, debería ser:

a) En ninguna parte de la Biblia nos hablan de diferentes niveles de mentiras, solo tenemos dos opciones: mentimos ó decimos la verdad. Cuando mentimos, incluso en estos casos, supuestamente inofensivos, nos hacemos daño a nosotros mismos y a la confianza que Dios ha depositado en nosotros.

Luc 16:10 dice “El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto”.

El mismo David, durante su huida de la ira del rey Saúl (1Samuel 21), llegó a Nob y se presentó al sacerdote Ahimelec, éste sorprendido le pregunta: “¿Cómo vienes tú solo, y nadie contigo?”, y David, en lugar de contestar con la verdad y decirle que el rey Saúl lo persigue y que huye por su vida, decide contarle otra versión de los hechos, diciendo: “el rey me encomendó un asunto secreto”. Tal vez pensó “pobre hombre, mejor no le digo nada para no angustiarlo”, ó quizás: “si le digo podría ponerlo en peligro”.

Esta historia pronto termina para Ahimelec y toda Nob cuando el rey Saúl descubre que ayudó a David y lo sentencia a muerte, no solo a él sino a todos los sacerdotes de Nob, ochenta y cinco en total, también mujeres, niños e incluso sus animales fueron muertos a filo de espada. Lo que deseo demostrar con esto es que a pesar de que David no actuó con deseo de hacer un mal, su mentira aparentemente inofensiva trajo consecuencias desastrosas a terceras personas, me imagino que él sintió gran dolor en su corazón al enterarse que por su culpa toda una ciudad de sacerdotes de Dios fue aniquilada.

b) ¿Qué pensaría yo de alguien que durante todo el año escolar me ha hablado de la diferencia entre vivir con Cristo y sin Él, y de repente observo que esa misma persona está haciendo trampa en el examen final?

Si no pudimos estudiar para un examen, entonces deberíamos pensar en dar el 200% de nosotros en la siguiente prueba y así recuperar la calificación, pero bajo ningún concepto el fin justificará los medios en esta nueva vida que tenemos en Jesús, y mucho menos si esto pone en riesgo el acercamiento de otros al evangelio.

Lucas 17:1-2: “Dijo Jesús a sus discípulos: Imposible es que no vengan tropiezos; mas ¡ay de aquel por quien vienen! Mejor le fuera que se le atase al cuello una piedra de molino y se le arrojase al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos”.

Nosotros, como cristianos, no nos regimos por la conveniencia que nos ofrece el mundo, sino por los valores que nos revela el evangelio. Si fuese por las facilidades que podría obtener de este mundo, les garantizo que me iría a estudiar a la Universidad de Sevilla, España, en donde fue aprobado el 29 de Septiembre del 2009, el derecho de los alumnos a completar su examen aun cuando fuesen sorprendidos copiando en plena prueba, otro artículo menciona que la asistencia a clases teóricas no serán obligatorias (me imagino que por eso necesitarán copiar en los exámenes).

Ahora bien, podríamos decir que si estudio en la Universidad de Sevilla no necesitaré ir a clases, e incluso, si mi profesor me ve copiando no podrá suspenderme de la prueba, solo hará un reporte, porque el artículo Nro. 20 de la “Normativa Reguladora de Evaluación” de dicha Universidad me protegerá. Debo entender que esto me es “lícito”, pero lo que realmente debo preguntarme es “¿me conviene?” “¿me edifica?”.

Todo me es lícito, pero no todo conviene, todo me es lícito, pero no todo edifica” ( 1Cor 10:23)

También me pareció interesante un reportaje publicado por la revista Estampas, del diario El Universal, titulado “¿Sus hijos copian?”. En este reportaje se habla de un 75% de alumnos que copian, número que va en aumento paralelamente a la falta de ética de los estudiantes y la tecnología, pero quisiera citar textualmente dos párrafos que guardan mucha relación con el tema que estamos tratando visto desde la perspectiva de los expertos en la materia:

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Aunque la epidemia de trampas es preocupante, la actitud de los estudiantes es mucho más perturbadora para los profesores y directores. "Muchos de los alumnos ni siquiera piensan que están haciendo algo suficientemente malo como para preocuparse”, dice McCabe, profesora de la Rutgers University en Newark, Nueva Jersey. “Piensan que deberíamos centrarnos en el panorama global —los políticos y los empresarios— no en las conductas poco éticas en las escuelas. ‘La gente hace trampas, asúmanlo’, dicen los estudiantes”.

También se convierte en la mejor opción para aquellos estudiantes que sí respetarían las normas pero que ven a sus compañeros engordar su promedio de notas con medios deshonestos. Los expertos llaman a esto el efecto dominó de la trampa. Es similar a la crisis que se observa en los deportes profesionales: algunos atletas temen que si no toman esteroides u otra droga ilegal para aumentar su desempeño, quedarán en desventaja en comparación con quienes lo hacen. “Los muchachos honestos consideran que tienen que mantenerse a la par de sus compañeros cuando se trata de las calificaciones”, indica McCabe. “Entonces, si un grupo de estudiantes decide copiarse, los otros puede que hagan lo mismo
”…

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Puede consultar el artículo completo en la Web, bajo el link: http://www.eluniversal.com/estampas/anteriores/040704/familia.shtml.

Nuevamente cabe mencionar: “Todo me es lícito, pero no todo conviene, todo me es lícito, pero no todo edifica” (1Cor 10:23)


c) En el preciso momento que dejamos de lado a nuestro guía, el Espíritu Santo, y nos preguntamos a nosotros mismos qué hacer ante determinada situación, es cuando comenzamos nuestra escalada hacia el razonamiento de las circunstancias y, por consiguiente, le abrimos las puertas a esas tentaciones llamadas “EXCUSAS”.

Si se torna difícil entender la metodología del profesor, nuestro deber es buscar asesoramiento externo; si percibimos que existe una incomodidad del profesor hacia nosotros que raya en lo personal, la mejor solución es traer ese problema delante de Dios en oración y esperar que las condiciones estén dadas para aclarar cualquier mal entendido.

La primera excusa dada por el ser humano está reflejada en Génesis 1:11-13, en donde Adán culpa a Eva, y Eva culpa a la serpiente por desobedecer a Dios. Si bien es cierto que el tentador tuvo su castigo, también lo es que aquellos que escucharon las excusas y se dejaron influenciar por ellas tuvieron que afrontar las consecuencias de su error.

Steven Gerrard, uno de los principales jugadores de la selección de futbol inglesa, fue entrevistado luego de un empate inesperado ante la selección de Argelia en el Mundial de Fútbol Sudáfrica 2010, le preguntaron a qué se debió ese empate, y él respondió: “No voy a darles excusas, evidentemente debemos analizar y reorganizar nuestro juego, solo nosotros somos los responsables”.

NUESTRA CONDUCTA ES NUESTRA RESPONSABILIDAD
NO HAY EXCUSAS QUE NOS EXIMAN DE LAS CONSECUENCIAS



Aun el muchacho es conocido por sus hechos, si su conducta fuere limpia y recta”.
(Prov. 20:11)



Dios los bendiga!

Itala D´Ambrosio S.
www.dambrosioitala.blogspot.com
28 Jun 2010

(3ra parte: Ética en el trabajo)

Wednesday, June 23, 2010

ÉTICA: ¿Cómo se comporta un discípulo verdaderamente radical? - Parte I (En la familia)


“Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten”. (Col 3:18-20)

En estos tiempos, en donde a lo bueno se le llama “malo” y lo malo se acepta como “bueno”, es comprensible que en determinados momentos nos sintamos confundidos a la hora de tomar decisiones. Es por esta razón, que estaremos ahondando en la importancia del manejo de la ética en la vida cristiana.

Primeramente, ética es una parte de la filosofía que estudia la moral y los deberes del hombre, está compuesta por una serie de reglas o principios morales que rigen la conducta. Aplicando esto a nuestra nueva vida como cristianos, podríamos decir que “ética” se refiere a una serie de lineamientos morales que nos definen como verdaderos seguidores de Cristo.

A pesar de que nuestros valores y principios se nutren día a día por medio de la Palabra de Dios, muchas veces nos dejamos estimular por las situaciones que nos rodean ó malos hábitos del pasado que aún no han sido totalmente desarraigados.

En esta primera parte nos concentraremos en el manejo de la ética en la familia. En el hogar es donde aprendemos los valores y principios que posteriormente iremos poniendo en práctica a lo largo de nuestra vida.

Veamos algunos principios fundamentales que deben practicarse en todo hogar cristiano:

1.- Mantener un matrimonio ejemplar:

En Proverbios 31, del versículo 10 en adelante, se describe una serie de virtudes que toda mujer de familia debe procurar poseer: es confiable, conciliadora, productiva, trabajadora, activa, esforzada, buena administradora y negociante, prudente, sabia, valiente, compasiva, y principalmente, ama a Dios por sobre todas las cosas.

Por otro lado, el hombre de familia debe caracterizarse por ser un esposo amoroso, fiel, responsable en todas las áreas, sabio y gentil. (Ef 5:25 / 1Cor 7:3 / 1Pe 3:7). El padre es el encargado de orientar al resto de los miembros de la familia, por lo cual es de suma importancia que cada decisión sea guiada por el Espíritu Santo. José fue elegido como padre de nuestro Señor Jesús por ser un hombre justo y temeroso de Dios (Mt 1:18-25).

El matrimonio es un pacto con Dios y con la persona amada (Mal 2:14/Prov 2:17). Los conyugues que están bajo la cobertura divina no piensan: “si nos va mal nos separamos”, “si las cosas no mejoran nos divorciamos y empezamos de nuevo por separado”. Los cristianos debemos ver el divorcio no como la gran solución que nos plantea el mundo, sino como el peor de los problemas para toda la familia. Las estadísticas a nivel mundial demuestran que la mayoría de los jóvenes con problemas de agresión, drogas, alcoholismo y prostitución provienen de padres divorciados.

He visto amigos que aún no reciben a Cristo en su corazón tratando de escapar de sus problemas conyugales a través de la infidelidad y posteriormente la separación. Eso es exactamente lo que el mundo nos vende, pero una pareja que realmente practique los principios morales que Cristo nos enseña no buscará escapar de sus problemas en relaciones extramatrimoniales, mas bien, los enfrentará con humildad bajo la cobertura y soporte de sus líderes espirituales.

2.- Honrar a los padres e instruir a los hijos:

Uno de los mandamientos dados por Dios a Moisés fue honrar a nuestros padres. “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da”. (Exo 20:12). Esto tiene una conexión directa con lo que es la obediencia y el respeto a la autoridad. Si logramos que desde el seno familiar los niños se sujeten a sus padres, en un futuro no muy lejano este aprendizaje los convertirá en jóvenes responsables y comprometidos, dispuestos a seguir al Señor y a sujetarse a sus autoridades espirituales.

Lamentablemente, he visto niños que irrespetan y desobedecen públicamente a sus padres, y éstos, lejos de disciplinarlos, ignoran la situación diciendo “! Ay, que niño tan tremendo, no se que voy a hacer con él!” ó “es que corregirlo me duele más a mi que a él, pobre hijito mío, nadie lo comprende!”.

Padres, este mensaje es para ustedes: Dios los ha bendecido dándoles hijos para que sean instruidos con amor disciplinado. Si usted no corrige a su hijo de niño mucho menos lo podrá hacer de adulto, y el daño estará hecho, no para usted, sino para el futuro de esos pequeños herederos que el Señor puso confiadamente en sus manos.

“Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”. (Prov.22:6)

Hebreos 12:4 menciona que el Señor al que ama, disciplina. Afortunados son aquellos hijos que a temprana edad entienden este concepto. Desafortunadamente yo tardé un poco en asimilarlo (años después que mi papá partió con el Señor) y no tuve la oportunidad de agradecerle por su corrección y disciplina, pero puedo asegurarles que no hay un día en el cual no agradezca a Dios por el padre que me guió a asumir mis responsabilidades como hija, hermana y parte de una comunidad.

Hace unos meses, una psicóloga, especialista en casos de familia, dijo en su programa de televisión: “Conducta que no se corrige, conducta que se repite. ¿Usted quiere que su hijo siga cometiendo los mismos errores?, entonces no lo discipline y así seguirá tropezando una y otra vez sin que nadie lo detenga”.

Ahora bien, es importante conocer la diferencia entre disciplinar y maltratar. Un padre, practicante de la Palabra de Dios, es capaz de convertir un problema familiar en una oportunidad para reafirmar en su hogar valores como: respeto, integridad, paciencia, prudencia, compasión, fidelidad y obediencia.

Hijos, independientemente de cualquier desavenencia, desacuerdo ó errores de nuestros padres, debemos honrarlos desde el momento en que nos dan la vida hasta el momento en que dejemos este mundo, y ese, al igual que los otros, es un mandamiento NO NEGOCIABLE.

Honrar significa demostrar públicamente respeto, admiración y estima por alguien. Una manera de adorar a Dios es honrando a nuestros padres, con sus defectos y virtudes, y en su momento nosotros también seremos honrados a pesar de nuestros errores y aciertos.

“Oíd, hijos, la enseñanza de un padre, y estad atentos, para que conozcáis cordura. Porque os doy buena enseñanza; no desamparéis mi ley. Porque yo también fui hijo de mi padre, delicado y único delante de mi madre. Y él me enseñaba, y me decía: Retenga tu corazón mis razones, guarda mis mandamientos, y vivirás”. (Prov.4:1-4)

3.- Considerar la relación entre hermanos:

Cuando hablo de considerar me refiero a construir y mantener una buena relación con nuestros hermanos. Encontramos un par de casos muy conocidos en la Palabra que son: Caín y Abel - Esaú y Jacob. En ambos casos, Caín y Jacob, no respetaron la relación con sus hermanos Abel y Esaú, y fueron contundentemente disciplinados por el Señor. (Gen 4:8; 27:41)

Debemos cuidar especialmente toda palabra que salga de nuestra boca hacia ellos, recordando que nuestras declaraciones serán de bendición ó maldición para toda la familia.

En el libro de Génesis también encontramos un ejemplo de una relación entre hermanos fracturada desde el principio, en donde la envidia de los hermanos de José lo lleva a sufrir por años, pero finalmente Dios enaltase la fidelidad de José y lo coloca en una posición en donde él tuvo la opción de vengarse de sus hermanos, y sin embargo miren lo que decide:

“Vinieron también sus hermanos y se postraron delante de él, y dijeron: Henos aquí por siervos tuyos. Y les respondió José: No temáis; ¿acaso estoy yo en lugar de Dios? (Gen 50:18-19)

¿Por qué nos resulta más fácil perdonar a un amigo, o incluso a un extraño, que a un miembro de nuestra familia? Es una excusa muy común decir “es que lo esperaba de cualquier persona, menos de él”, ahora bien, mientras más amamos, ¿mayor no debería ser nuestra disposición a perdonar? (Mt 18:21-22)

Concluyo esta primera parte con Joel 1:3 en donde se explica el motivo por el cual debemos procurar mantener los valores y principios cristianos en nuestros hogares:

“De esto contaréis a vuestros hijos, y vuestros hijos a sus hijos, y sus hijos a la otra generación”.


Dios los bendiga!

Itala D´Ambrosio S.
www.dambrosioitala.blogspot.com
22 Jun 2010

(2da parte: Ética en los estudios)