1 Por tanto, hermanos míos, les ruego por la misericordia de Dios que se presenten ustedes mismos como ofrenda viva, santa y agradable a Dios. Este es el verdadero culto que deben ofrecer. 2 No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto. (Dios habla hoy)
¿Será esto la voluntad de Dios para mi vida? ¿Estaré yo haciendo lo correcto? ¿Estará Dios respaldándome si hago tal o cual cosa? Estas son preguntas muy comunes que creo todos en algún momento nos hemos hecho. Personalmente, quisiera pensar que nos hacemos esas preguntas por el deseo de agradar a Dios más que por un ataque de duda.
La voluntad de Dios es clara, somos nosotros los que la enturbiamos con argumentos, dudas, temor y preocupación. Para conocer Su voluntad solo debemos leer ese famoso libro, que aún hoy en día sigue manteniendo el record en edición y ventas, llamado BIBLIA. Allí encontramos todas las directrices que necesitamos para caminar conforme a lo que Dios desea que hagamos para ser bendecidos y considerados como sus hijos.
Por ejemplo, en la Palabra de Dios Jesús dice:
“19 Por lo tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. 20 Enseñen a los nuevos discípulos a obedecer todos los mandatos que les he dado. Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos»” Mateo 28:19-20
Vemos en ese pasaje que la voluntad de Dios es que seamos transmisores de sus enseñanzas, de manera tal que otros no solamente conozcan la obra redentora de Jesús, sino que también puedan ellos desarrollar la capacidad de enseñar a otros, o sea, que también lleguen a ser discípulos a través de nuestra enseñanza y se produzca la misma multiplicación que lograron los apóstoles iniciales.
Ahora bien, ¿Cómo se yo si la iglesia de la cual soy miembro está bajo la voluntad de Dios? ¿Cómo saber si el mandato dado por Jesús a sus seguidores se está desarrollando en el lugar en donde me congrego?, una manera simple de descubrirlo es respondiendo las siguientes preguntas:
- ¿Estoy yo en una iglesia en donde recibo la enseñanza necesaria (basada en la Palabra de Dios) para ser un discípulo integral que pueda representar con excelencia a Jesucristo aquí en la tierra?
- ¿Estoy yo siendo discipulado en el lugar en donde me congrego para cumplir con el mandato de Jesús, que fue “ir y hacer discípulos”?
- ¿Cuento yo con el apoyo y la cobertura espiritual de un líder dentro de la iglesia con la cual estoy comprometido?
En lo personal, me congrego en el Centro Cristianos del Este y a todas las preguntas anteriores contesté “SI”. Por lo cual, si surgiera alguna duda en mí, debería entonces reconocer que el problema no es la visión que maneja la iglesia, sino mi visión personal de lo que yo opino que la voluntad de Dios es.
Todos esos argumentos nacen en nuestra mente, si permitimos que permanezcan y los alimentamos con más pensamientos negativos tendremos como resultado un conjunto de acciones igualmente negativas.
Los versículos iniciales a esta reflexión los he leído muchas veces, e incluso los he usado para reclamarle a Dios en tiempos de tribulación. He tenido momentos en los cuales le he dicho a Dios: “Esto que me está pasando no es bueno ni agradable y mucho menos perfecto, ¿Por qué me tiene que pasar esto? No estoy de acuerdo!”. Y mejor no les cuento el resto de mi conversación con Dios.
En otras palabras, he usado Romanos 12:2b (la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta) como base de mi inconformidad, siendo, a mi manera de ver las cosas, el mejor alegato delante del juez celestial.
Lo cierto es que el Apóstol Pablo nos enseña en los versículos previos dos pasos que debemos dar para que realmente podamos entender lo buena, agradable y perfecta que es la voluntad de Dios. Esos pasos previos son:
1) Presentarnos como ofrenda viva, santa y agradable a Dios (v.1). Lo primero que Pablo menciona es que debemos rendirnos delante del Señor con un corazón dispuesto a ser moldeado. Cuando ofrendamos en la iglesia lo hacemos porque sabemos que eso agrada a Dios y porque tenemos la certeza de que eso que damos será excelentemente administrado por personas en quienes confiamos, personas que lo multiplicara para el bienestar de otros. Esa ofrenda debe ser honesta, Dios no aceptaría nada robado ó las sobras.
Asimismo Él espera que ofrendemos nuestras vidas voluntariamente, de una manera limpia, pura, sin mancha. Conoceremos cuán buena, agradable y perfecta es Su voluntad cuando nos rindamos delante de Él y le sirvamos sin imponerle condiciones.
2) Cambiemos nuestra manera de pensar para que así cambie nuestra manera de vivir (v.2a): en el mundo en el que vivimos hoy en día vemos que hay muchas cosas contrarias a la Palabra de Dios que nos tientan con la excusa de que “todo el mundo lo hace”. Un ejemplo muy sencillo que siempre uso es el de copiarse en un examen. Quiero compartir con todos los lectores lo siguiente:
“Si copiarse en un examen se llamar MENTIR, y Satanás es el padre de MENTIRAS, entonces ¿quién domina mis acciones cuando trato de mirar el examen a mi compañero ó le pido que me dicte la respuesta a alguna de las preguntas?
Le doy gracias a Dios porque la muralla 144 del Centro Cristiano del Este está formada por cristianos que conocen verdades tan sencillas como esa y nos esforzamos por superarnos a nosotros mismos en cada examen ó asignación de nuestros maestros.
Sabemos que el enemigo siempre tratará de conquistar nuestros pensamientos porque sabe que éstos nos guían a las acciones. En la medida que nuestro pensamiento cambie, nuestras acciones también cambiarán. Satanás está aquí para decirnos que todo lo que Dios aborrece es “normal”, que todo lo que nos aparta de Su voluntad es “correcto”. Pues la única manera de comprobar lo que es normal y correcto para Dios es a través de ese manual de normas y procedimientos llamado BIBLIA.
Finalmente, creo que necesitamos levantarnos como atalayas. El enemigo quiere dividir a la iglesia porque sabe que Cristo viene pronto por ella. Es nuestra responsabilidad saturarnos de la Palabra de Dios, de aferrarnos a sus promesas y caminar en base a ellas, independientemente del panorama allá afuera. No es fácil, nunca lo fue (ni siquiera para el mismo Jesús), y nadie dice que algún día lo será. Pero digamos como Cristo mismo clamó:
«Padre, si quieres, te pido que quites esta copa de sufrimiento de mí. Sin embargo, quiero que se haga tu voluntad, no la mía». Lucas 22:42
La voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta para aquellos que deciden rendirse delante de Dios y renovar su pensamiento diariamente a través de Su Palabra.
Itala D´Ambrosio Silva
Devocional 13-14/06/2011
www.dambrosioitala.blogspot.com
1 comment:
ITALA, ESTABA PREPERANDO UNA PREDICACION Y ME ENCONTRE CON TU BLOG EN LA INVESTIGACION Y ME EMOCIONO SABER COMO SIGUES TRABAJANDO PARA LA OBRA DE DIOS.
SALUDOS DE ROCIO Y LA NIÑAS DESDE COLOMBIA , NUESTRA COMPAÑERITA DEL SOUTHALL ... CUANDO VIENES A COLOMBIA A MEDELLIN, SABES QUE TIENES AMIGOS QUE TE APRECIAN MUCHO
RENE
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