En el film “Las Crónicas de Narnia (El León, La Bruja y El Armario)” la escena más impactante para mí fue el momento en donde estaba por comenzar la batalla decisiva entre el bien (personificado por un grupo de combatientes al mando del Príncipe Peter), y el mal (la bruja y sus aliados). En esta escena, Peter mira a los ojos a su fiel servidor con un poco de temor y le dice: “¿Estás conmigo?”, y éste le contesta: “Hasta la muerte”, pero lo expresa con tal seguridad que llena de coraje al príncipe, el cual, de inmediato, da comienzo a la gran batalla. Al final del combate, ese mismo escudero es herido cuando arriesgaba su vida para salvar la de su líder.
Recuerdo haber visto esta escena una y otra vez, pensando “Dios, yo quiero gente así a mi alrededor, amigos fieles, de gran fe y soporte incondicional, por favor envíalos.”
Hoy en día puedo ver claramente la respuesta de Dios a esa solicitud: “Para recibir debes comenzar dando, aquel que desea ser apreciado entre los suyos deberá convertirse en servidor, siembra y cosecharás.”
El Señor Jesús dijo: “Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. (Mt 20:26-28)
La visión con la cual trabajamos en nuestra iglesia nos hace a todos, sin excepción, responsables del cumplimiento de las metas, pero hoy he quiero concentrarme específicamente en la labor de aquellos que pertenecemos al grupo de los 144 discípulos escogidos por nuestros líderes, ya que somos el siguiente eslabón de liderazgo después de los pastores y sus discípulos, por lo tanto, también sus escuderos. Tú y yo formamos parte fundamental de las bases con las cuales el cuerpo de Cristo se está edificando en esta nación, como tales, debemos ser ejemplo a aquellos que vienen en camino.
Terry Nance, en su libro “El Escudero de Dios”, nos recuerda características básicas de un discípulo, como lo son obediencia y fidelidad, también nos plantea la necesidad de complementarlas con otras que, como escuderos 144, deberíamos desarrollar aún más.
Primeramente, un escudero, también mencionado en la Palabra de Dios como siervo, servidor o paje de armas, es aquella persona comisionada para apoyar, proteger e incluso ministrar a su líder.
En lugar de enumerar las funciones primordiales de un escudero prefiero colocarlas a manera de test y así podamos no solo refrescar nuestro conocimiento, sino autoevaluarnos y determinarnos a fortalecer las áreas que lo ameriten:
1.- Fortalezco a mi líder: cuando estoy a su lado mi líder se siente ministrado y gozoso al percibir la paz que produce mi fe en el Señor, sin importar la situación por la cual estemos atravesando.(Sal 27:1/ 1Sam 16:23) •
Recuerdo haber visto esta escena una y otra vez, pensando “Dios, yo quiero gente así a mi alrededor, amigos fieles, de gran fe y soporte incondicional, por favor envíalos.”
Hoy en día puedo ver claramente la respuesta de Dios a esa solicitud: “Para recibir debes comenzar dando, aquel que desea ser apreciado entre los suyos deberá convertirse en servidor, siembra y cosecharás.”
El Señor Jesús dijo: “Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. (Mt 20:26-28)
La visión con la cual trabajamos en nuestra iglesia nos hace a todos, sin excepción, responsables del cumplimiento de las metas, pero hoy he quiero concentrarme específicamente en la labor de aquellos que pertenecemos al grupo de los 144 discípulos escogidos por nuestros líderes, ya que somos el siguiente eslabón de liderazgo después de los pastores y sus discípulos, por lo tanto, también sus escuderos. Tú y yo formamos parte fundamental de las bases con las cuales el cuerpo de Cristo se está edificando en esta nación, como tales, debemos ser ejemplo a aquellos que vienen en camino.
Terry Nance, en su libro “El Escudero de Dios”, nos recuerda características básicas de un discípulo, como lo son obediencia y fidelidad, también nos plantea la necesidad de complementarlas con otras que, como escuderos 144, deberíamos desarrollar aún más.
Primeramente, un escudero, también mencionado en la Palabra de Dios como siervo, servidor o paje de armas, es aquella persona comisionada para apoyar, proteger e incluso ministrar a su líder.
En lugar de enumerar las funciones primordiales de un escudero prefiero colocarlas a manera de test y así podamos no solo refrescar nuestro conocimiento, sino autoevaluarnos y determinarnos a fortalecer las áreas que lo ameriten:
1.- Fortalezco a mi líder: cuando estoy a su lado mi líder se siente ministrado y gozoso al percibir la paz que produce mi fe en el Señor, sin importar la situación por la cual estemos atravesando.(Sal 27:1/ 1Sam 16:23) •
2.- Respeto a mi líder y me sujeto a su autoridad: pese a cualquier circunstancia, entiendo que es un ser humano con virtudes y defectos, pero sobre todo es EL UNIGIDO DE JEHOVÁ, por lo cual acepto sus decisiones y su forma de llevarlas a cabo, pudiendo yo sugerir, mas nunca juzgar. (Rom 13:1-2) •
3.- Alcanzo las metas de mi líder: Me esfuerzo en cumplir con los objetivos propuestos por mi líder y me regocija ser parte de su triunfo. (Fil 3:12-14) •
4.- Sigo a mi líder a donde quiera que va: incluso en situaciones de extremo peligro mi líder sabe que puede contar conmigo (1Sam14:13) •
5.- Llevo a cabo las órdenes de mi líder: cuando mi líder gira instrucciones yo las escucho, anoto, intercedo delante de Dios por sus prontos frutos y las ejecuto inmediatamente con eficacia. (1Cor 11:2) •
6.- Cuento con suficiente fe para animar a otros: En mi escudo de fe se apagan los dardos de fuego del enemigo que vienen en contra de mi líder y el resto de sus discípulos. (Efe 6:16) •
7.- Mantengo el nombre de mi líder en alto: mi boca y mis oídos están protegidos contra toda murmuración, y rechazo radicalmente a todo aquel que la albergue en contra de mi líder (Ex 16:8). •
8.- Soy valiente en el Señor: cuento con la valentía necesaria para salir y abrir camino a mi líder y consiervos, incluso en las situaciones en donde pueda ser avergonzado (1Pe 2:20). •
9.- Ejerzo la autoridad dada por Dios: soy capaz, en el nombre de Jesús, de echar fuera demonios, sanar toda enfermedad y toda dolencia (Mt 10:1). •
10.- Soy atalaya de mi líder. Poseo el discernimiento y la sabiduría de Dios necesaria para alertar a mi líder acerca de posibles situaciones de peligro que puedan presentarse, tanto a él como a la congregación. (Eze 33:3) •
11.- Observo previamente las necesidades: antes de que mi líder exprese verbalmente lo que necesita yo me preparo anticipadamente y estoy listo para suplirlas (Lc 12:40). •
12.- Establezco lazos estrechos con mi líder: tenemos una gran comunicación, confiamos plenamente el uno en el otro, es hermano y amigo. (Pro 17:17) •
13.- No soy una carga: mi líder confía en que cuando le consulto un problema es porque también le plantearé las posibles salidas al conflicto (Exo 18:22). •
14.- No escondo nada a mi líder: excepto por su fiesta sorpresa de cumpleaños, mi líder conoce todo de mí, no hay nada oculto. (Mc 4:22) •
15.- Soy una persona sana: he sido libre de todo orgullo, ira, inmoralidad, amargura, rebeldía, inconformidad, queja, contienda, competencia y resentimiento, que podrían impedir mi desarrollo espiritual •
16.- El Espíritu de Dios mora en mí: los frutos del Espíritu Santo son fácilmente expuestos a través de mi carácter: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. (Gal 5:22). •
17.- Trabajo con excelencia: no descanso hasta lograr que las actividades realizadas se ejecuten con un alto grado de calidad. (Hec 11:4) •
18.- Soy un servidor humilde: no busco reconocimiento público, sino adorar y exaltar a Dios con mi disposición a servir. (St 1:9) •
19.- Administro los bienes de Dios: diezmo, ofrendo y aplico toda normativa que contribuya a un mejor control de gastos de la iglesia y su estabilidad financiera. (Mt 24:45-51) •
20.- Estoy comprometido: con Dios, los pastores, líder, consiervos y aquellos que son y/o serán mis discípulos. (Is 6:8) •
Los escuderos “144” no solamente tienen la responsabilidad de soportar, ministrar y defender a su líder inmediato, otros líderes y a sus Pastores, sino que también deben estar preparados para ganar, consolidar, discipular y enviar a 1728 personas.
Me gustaría que todos los que formamos parte de este grupo “144” podamos atesorar en nuestro corazón el hecho de que Dios nos ha colocado en una posición de privilegio, directa ó indirectamente estaremos influenciando a miles de personas. La sangre derramada por Jesús a través de la corona de espinas nos abre puertas a la conquista, si este no es el momento de demostrarle que le creemos, entonces ¿cuándo lo será?
Con solo cinco veces más que nos multipliquemos a partir de nuestra posición de 144 podríamos ganar para Cristo la nación entera y sus alrededores. Aquí te dejo algunos números para que puedas tener una idea tangible de cuántas personas estarías influenciando desde tu posición de “144”.
1
12
144
1.728
20.736
248.832
2.985.984
35.831.808
Espero que cada líder pueda tener la satisfacción de escuchar la misma respuesta que recibió el príncipe Peter cuando pregunte:
Escudero 144 ¿Estás conmigo?
Dios te bendiga.
Itala D´Ambrosio S.
www.dambrosioitala.blogspot.com
Los escuderos “144” no solamente tienen la responsabilidad de soportar, ministrar y defender a su líder inmediato, otros líderes y a sus Pastores, sino que también deben estar preparados para ganar, consolidar, discipular y enviar a 1728 personas.
Me gustaría que todos los que formamos parte de este grupo “144” podamos atesorar en nuestro corazón el hecho de que Dios nos ha colocado en una posición de privilegio, directa ó indirectamente estaremos influenciando a miles de personas. La sangre derramada por Jesús a través de la corona de espinas nos abre puertas a la conquista, si este no es el momento de demostrarle que le creemos, entonces ¿cuándo lo será?
Con solo cinco veces más que nos multipliquemos a partir de nuestra posición de 144 podríamos ganar para Cristo la nación entera y sus alrededores. Aquí te dejo algunos números para que puedas tener una idea tangible de cuántas personas estarías influenciando desde tu posición de “144”.
1
12
144
1.728
20.736
248.832
2.985.984
35.831.808
Espero que cada líder pueda tener la satisfacción de escuchar la misma respuesta que recibió el príncipe Peter cuando pregunte:
Escudero 144 ¿Estás conmigo?
Dios te bendiga.
Itala D´Ambrosio S.
www.dambrosioitala.blogspot.com
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