Friday, March 29, 2013

¿EN QUÉ GRUPO ESTÁS?


Mateo 26:36-38

"36 Entonces Jesús fue con ellos al huerto de olivos llamado Getsemaní y dijo: «Siéntense aquí mientras voy allí para orar». 37 Se llevó a Pedro y a los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y comenzó a afligirse y angustiarse. 38 Les dijo: «Mi alma está destrozada de tanta tristeza, hasta el punto de la muerte. Quédense aquí y velen conmigo»."

He conocido personas que en tiempos de angustia reaccionan de distintas maneras, los he dividido en tres grupos:

1) Los auto-suficientes: es el grupo de personas que, a pesar de estar atravesando una crisis bastante fuerte, tratan de aparentar que todo está bien. Si ocupan una posición de autoridad (ya sea en la familia, trabajo o ministerio) y les preguntas cómo se sienten, te responderán que están muy bien y, de manera inmediata, te devolverán la pregunta con una sonrisa para complementar la careta de "estoy muy bien". 

Son el tipo de personas que ni siquiera buscan ayuda entre sus mejores amigos, por considerarlo un símbolo de debilidad o perdida de autoridad entre los que le rodean. Sin embargo, aunque no lo digan, rara vez pasa desapercibida su situación.

2) Los auto-compasivos: todo lo contrario a los auto-suficientes. Este grupo se desviven en manifestar cuán indefensos están en este mundo. Piden ayuda hasta para respirar, hablan de si mismos como que si fueran los nuevos mártires de este siglo. Van contándole sus problemas a todos los que se consiguen en el camino, y rara vez siguen un buen consejo. "Nadie me comprende" "¿Por qué me pasa esto a mi?" "Dios no me escucha" son frases típicas de este grupo de personas. 
Se toman muy en serio el papel de víctima, y rechazan a todo aquel que les diga "cambia tu actitud, tu puedes salir adelante" porque consideran que ellos no tienen parte de culpa en el problema que atraviesan. Cualquier persona es culpable menos ellos. 

3) Los honestos con sabiduría: este último grupo es, definitivamente, el que debe quedar arraigado en su carácter, y es el tipo de personas que ante una situación de dificultad se comportan como Jesús lo hizo en el pasaje que leímos al principio. Jesús fue honesto, él reconoció su dolor delante de Dios, de sí mismo y de sus mejores amigos (que también eran discípulos), Jesús no escatimó en expresar sus sentimientos, su angustia, su tristeza, pero lo hizo ante personas que consideraba sus amigos, ante la gente más cercana y la que él consideraba de confianza, personas que lo amaban. Allí entra la sabiduría que también debemos manejar.


Jesús fue totalmente honesto pero también sabio. Si usted está en el primer grupo, aprenda a apoyarse en la gente que lo ama y desea lo mejor para usted, gente que puede darle un consejo digno de ser escuchado y seguido. 

Si por el contrario está en el segundo grupo, aprenda a meditar en qué debe aprender de esa situación y en qué grado es usted el culpable de ese problema para que no vuelva a incurrir en el mismo error en el futuro, no cuente sus problemas a todo el mundo, solo a aquellas personas que realmente pueda ayudarlo a edificar sobre las ruinas.       

En conclusión, independientemente del problema que estés atravesando, pregúntate: ¿Si Jesús estuviera en mi lugar qué haría?, y luego vuelve a leer Mateo 26:36-38.

Dios les bendiga!

Itala D'Ambrosio S.
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Sunday, March 3, 2013

¡LA PUERTA MISMA DEL CIELO!

Génesis 28:
15: Además, yo estoy contigo y te protegeré dondequiera que vayas. Llegará el día en que te traeré de regreso a esta tierra. No te dejaré hasta que haya terminado de darte todo lo que te he prometido».
16: Entonces Jacob se despertó del sueño y dijo: «¡Ciertamente el SEÑOR está en este lugar, y yo ni me di cuenta!»; 17: pero también tuvo temor y dijo: «¡Qué tan temible es este lugar! No es ni más ni menos que la casa de Dios, ¡la puerta misma del cielo!»


Estos versículos nos hablan de una promesa de parte de Dios a Jacob (hijo de Isaac y nieto de Abraham). En ellos vemos el amor y la ternura con la que Dios cuida de aquellos que claman a Él con un corazón sincero, un Dios que perdona y bendice a los que vuelven a su Casa, que protege y respalda sin importar la vida que hayan llevado en el pasado.

Por otra parte, vemos a un hombre, que habiendo cometido muchos errores por querer hacer las cosas a su conveniencia, entiende que el único camino para lograr sus sueños es rendirse a Dios, dándose cuenta que sin Él de nada ha valido lo que ha conseguido fuera de su voluntad, y finalmente logra identificar la "casa de Dios" y el gran privilegio que se le ha dado en habitarla. Identificándola como ¡la puerta misma del cielo!


Reflexión:


1- Has sido invitado a la Casa de Dios y no has tenido tiempo de ir? Date cuenta hoy de que en ella habita Dios mismo, y Él es el único que te protegerá donde quiera que vayas.


2- Has tenido la oportunidad de estar en la Casa de Dios pero te has alejado de ella? Dios te dice hoy: "Regresa a mi casa, porque aun tengo un lugar con tu nombre reservado en mi mesa, ven y date cuenta que mis promesas se cumplirán en ti a medida que te acerques a Mi"

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Señor, hoy me doy cuenta que sin ti no hay espacio totalmente lleno, no hay actividad completamente exitosa, no hay relación cien por ciento fiel. Sin ti hay solo alegrías pasajeras, hay música sin gozo y conocimiento sin sabiduría. Ayúdame Señor, a buscar de tu presencia en todo tiempo y no dejarme seducir por los afanes del diario vivir. Ayúdame a enfrentar mis temores y siempre confiar que Tu me protegerás dondequiera que yo vaya. Fortalece mi fe y alimenta mi esperanza para que ninguna dificultad, prueba o tentación me alejen de los planes de bienestar que ya tienes escritos para mi y para mi familia. En el nombre de Jesús. Amén! 

Itala DAmbrosio S.