Thursday, May 26, 2011

DIOS NO MIENTE NI SE ARREPIENTE, POR LO TANTO NO SEAS TIBIO

Para el día de hoy, 26/05/2011, durante la oración el Señor me trajo a memoria varios pasajes bíblicos los cuales también quisiera compartir con ustedes, ellos son los siguientes:

1) Apocalipsis 3: 15-16 “Yo sé todo lo que haces, que no eres ni frío ni caliente. ¡Cómo quisiera que fueras lo uno o lo otro!; pero ya que eres tibio, ni frío ni caliente, ¡te escupiré de mi boca!”.


Lo que Dios me ministraba con este versículo es lo siguiente:


Somos tibios cuando no confiamos, cuando dudamos, cuando dejamos que la apatía, el temor, la depresión, la falta de visión, y todo aquello que no nos permite avanzar nos derrote, nos tumbe en una silla y nos paralice.


Somos tibios cuando no respetamos la autoridad colocada por Dios, cuando murmuramos a sus espaldas en vez de defenderlos, cuando usamos las armas espirituales para sublevarnos en vez de apoyarlos.


Somos tibios cuando nos creemos dueños y señores de la casa de Dios y llegamos a ella con las manos vacías pidiendo que se nos suplan todas nuestras necesidades cuando tal vez ya era hora de atravesar sus puertas repletos de bendiciones para dar a nuestro prójimo.


2) El Señor me llevó a recordar una palabra que casi siempre declaro cuando oro: “Él no es hombre para mentir, ni hijo de hombre para arrepentirse” (Num23:19), pero esta vez me mostró algo diferente a través de ella, le dio un valor agregado que me llevó a reconocer lo siguiente:

Padre, tú no mientes ni te arrepientes, incluso del sacrificio de tu hijo amado no te retractaste. Tu eres el mismo Padre que reveló en detalle al profeta Isaías el sufrimiento por el cual tenía que pasar tu propio hijo. Llegado el momento, no te retractaste de lo que habías revelado, ni siquiera viendo a Jesús sudar sangre y diciendo “Padre, pasa de mi esta copa…”, ni aún allí te arrepentiste. ¿Acaso te arrepentirás de todas las promesas que hiciste a los que creyeran que Jesús hizo todo eso por nuestra salvación? ¿Habrá alguna oportunidad de que te arrepientas de los dichos de tu boca e invalides el padecimiento sobrenatural de tu propio hijo Jesús? DE NINGUNA MANERA.

“Se alejó a una distancia como de un tiro de piedra, se arrodilló y oró: «Padre, si quieres, te pido que quites esta copa de sufrimiento de mí. Sin embargo, quiero que se haga tu voluntad, no la mía». Entonces apareció un ángel del cielo y lo fortaleció. Oró con más fervor, y estaba en tal agonía de espíritu que su sudor caía a tierra como grandes gotas de sangre” (Lc 22:41-44)

Tengo la firme convicción de que nuestro Padre Celestial nos dice hoy:

“Necesito que me creas, que recuerdes que Yo soy un padre fiel, que no miento ni me arrepiento, anhelo que mires más allá de lo que la realidad te hace sentir, que recuerdes que no me retracté ni siquiera cuando mi Hijo Amado Jesús, en medio de su sudor que llegó a ser como grandes gotas de sangre, me suplicó que lo exonerara del maltrato que estaba a punto de padecer hasta la muerte por ti. Ansío que te vuelvas a tu primer amor con la absoluta confianza de que yo no te abandonaré jamás”

Así pues, hoy podemos declarar: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento” Salmos 23:4

Itala D´Ambrosio Silva

www.dambrosioitala.blogspot.com