Wednesday, July 24, 2013

¿BENDICIÓN ETERNA Ó ALEGRÍA PASAJERA?




“»Oh Dios mío, me he atrevido a elevarte mi oración porque has revelado a tu siervo que construirás una casa para él, ¡una dinastía de reyes! Pues tú eres Dios, oh Señor, y le has prometido estas cosas buenas a tu siervo. Ahora te ha complacido bendecir la casa de tu siervo para que permanezca para siempre delante de ti. ¡Pues cuando tú concedes una bendición, oh Señor, es una bendición eterna!».(1 Crónicas 17:25-27)

Leyendo esta oración que hizo el rey David, me hizo meditar en lo que proviene de Dios y lo que proviene del mundo en el cual estamos viviendo, en donde la mentira, el egocentrismo y la maldad en general pareciera cobrar más y más fuerza con el pasar de los días.

Lo que proviene de Dios es descrito por el rey David como una “BENDICIÓN ETERNA”, un beneficio completo y sin límites en tiempo ni espacio. Lo que proviene del mundo es una “ALEGRÍA PASAJERA”. Lamentablemente, al ser humano le es más fácil, y mucho más placentero, ir detrás de esa alegría temporal, que determinarse a luchar por la bendición que proviene de Dios.

Por nuestra misma naturaleza pecaminosa, diariamente se nos presentan retos, pruebas y tentaciones que debemos enfrentar y vencer para acercarnos a esa meta llamada “bendiciones”. Y esta lucha diaria, sin el debido alimento espiritual, puede llevarnos a un estado de agotamiento extremo que nos haga optar, en determinado momento, por una salida fácil, que desafortunadamente solo traerá decepción y dolor a nuestras vidas.

Semanalmente recibo un devocional del website Biblegateway llamado “Questions Answered” (Preguntas Respondidas), y la pregunta a la que respondieron esta semana fue: “¿Dios cambia de opinión?”.

¿Alguna vez te has preguntado eso? ¿Será que Dios se arrepintió de lo que me prometió?

En ese estudio de “Questions Answered” explican la posición de Dios con dos pasajes bíblicos:

Oseas 11: 8-11
»Oh, Israel, ¿cómo podría abandonarte? ¿Cómo podría dejarte ir? ¿Cómo podría destruirte como a Adma o demolerte como a Zeboim? Mi corazón está desgarrado dentro de mí y mi compasión se desborda. No, no desataré mi ira feroz. No destruiré por completo a Israel, ya que no soy un simple mortal, soy Dios. Yo soy el Santo que vive entre ustedes y no vendré a destruir. Pues algún día la gente me seguirá. Yo, el Señor, rugiré como un león. Y cuando ruja, mi pueblo regresará temblando del occidente. Vendrán de Egipto como una bandada de aves. Regresarán de Asiria temblando como palomas y los traeré de regreso a casa», dice el Señor.

La intención de Dios siempre ha sido BENDECIR a su pueblo, su corazón se desgarra cada vez que nuestra propia actitud le impide darnos lo que nos prometió. Cada vez que nos alejamos de Su Presencia herimos su corazón, muchas veces preferimos hacer mil cosas antes de orar, de tener ese tiempo devocional con el Espíritu Santo, de congregarnos, de hablar de Él a otras personas que sabemos lo necesitan tanto como nosotros. Todo esto lo hiere, sin embargo, Él no es un ser humano, Él es Dios, y estará allí esperando que volvamos a sus brazos con un corazón humilde y humillado delante de Él.

El segundo pasaje se encuentra en Jeremías 18:5-10

“Después el Señor me dio este mensaje:«¡Oh, Israel! ¿No puedo hacer contigo lo mismo que hizo el alfarero con el barro? De la misma manera que el barro está en manos del alfarero, así estás en mis manos. Si anuncio que voy a desarraigar, a derribar y a destruir a cierta nación o a cierto reino, pero luego esa nación renuncia a sus malos caminos, no la destruiré como lo había planeado. Y si anuncio que plantaré y edificaré a cierta nación o a cierto reino, pero después esa nación hace lo malo y se niega a obedecerme, no la bendeciré como dije que lo haría.

¿Después de este pasaje en Jeremías 18, podríamos pensar que Dios no tiene una idea clara de cómo va a distribuir sus bendiciones? Definitivamente no. Dios está absolutamente claro de sus planes para la humanidad. Si Dios te da una advertencia de cómo Él desea que vivas (ese consejo viene a través de varias vías: la Biblia, la oración, tus líderes espirituales, el mensaje predicado). Si y solo sí aceptamos sujetarnos a sus requerimientos, Él de seguro nos concederá los deseos de nuestro corazón que estén dentro de Su voluntad para nuestra vida.

A veces creemos que nos merecemos todo lo bueno que Dios nos ha prometido, pero no perseveramos en serle fiel, y yo me pregunto: ¿Qué fidelidad y qué bendición le estamos reclamando a Dios, si ni siquiera somos capaces de mantener un devocional diario con ÉL? ¿Acaso nos merecemos todo de Su parte y Él no es digno de por lo menos 30 minutos diarios de las 24 horas que nos está regalando en un día?

Solo me queda preguntar: ¿Por qué lucharás? ¿Irás a conquistar tu Bendición eterna con toda la valentía y perseverancia que eso implica? ¿O te conformarás con una alegría pasajera que solo te alejará del bienestar que realmente deseas para tí y para los seres que amas?

Comparto la oración que hizo el rey David en una etapa crucial de su vida:

Salmo 51:

“Ten misericordia de mí, oh Dios,  debido a tu amor inagotable; a causa de tu gran compasión, borra la mancha de mis pecados. Lávame de la culpa hasta que quede limpio y purifícame de mis pecados. Pues reconozco mis rebeliones; día y noche me persiguen. Contra ti y sólo contra ti he pecado; he hecho lo que es malo ante tus ojos. Quedará demostrado que tienes razón en lo que dices y que tu juicio contra mí es justo.

Purifícame de mis pecados, y quedaré limpio; lávame, y quedaré más blanco que la nieve. Devuélveme la alegría; deja que me goce ahora que me has quebrantado.

Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio y renueva un espíritu fiel dentro de mí. No me expulses de tu presencia y no me quites tu Espíritu Santo. Restaura en mí la alegría de tu salvación y haz que esté dispuesto a obedecerte. Entonces enseñaré a los rebeldes tus caminos, y ellos se volverán a ti.

Desata mis labios, oh Señor, para que mi boca pueda alabarte.
Tú no deseas sacrificios; de lo contrario, te ofrecería uno. Tampoco quieres una ofrenda quemada. El sacrificio que sí deseas es un espíritu quebrantado; tú no rechazarás un corazón arrepentido y quebrantado, oh Dios”


Dios les bendiga!
By Itala D´Ambrosio S.
www.dambrosioitala.blogspot.com



Friday, July 12, 2013

DIVISIÓN: LA OPERACIÓN MATEMATICA FAVORITA DE SATANÁS


Me llamó la atención una definición de división que encontré en internet: dice que la división es “una operación de la aritmética donde se descompone una cifra”. Y básicamente eso causa la división en la iglesia, una descomposición del cuerpo de Cristo. Es por esto que quise reflexionar en el siguiente versículo:

“Incluso algunos hombres de su propio grupo se levantarán y distorsionarán la verdad para poder juntar seguidores” (NTV) Hechos 20:30

Lamentablemente esta experiencia ya la hemos vivido en varias oportunidades dentro de la iglesia. Gente a quien una vez se le extendió la mano cuando estuvieron en crisis, y que posteriormente, no solo se levantaron en rebeldía, sino que arrastraron con ellos discípulos que se formaron en la iglesia y en donde tenían un llamado específico.

Por supuesto que la división que causan estas personas en el Cuerpo de Cristo trae tristeza y dolor al liderazgo y a quienes una vez les consideraron gente de confianza. Pero quiero resaltar hoy lo que dijo Pablo unos versículos antes, en este mismo capítulo:
Declaro hoy que he sido fiel. Si alguien sufre la muerte eterna, no será mi culpa, porque no me eché para atrás a la hora de declarar todo lo que Dios quiere que ustedes sepan” Hechos 20:26-27

Lo más importante es que cada uno de nosotros podamos analizarnos y estar satisfechos de que hicimos todo lo posible por exhortar y enseñar tal y como la Biblia indica. Y si aún así, hay personas que desean dividir y otros que desean irse sin cobertura, entonces es mejor ayudarlos a levar anclas y que sus barcas zarpen hoy, y no mañana.

Fíjese en algo: podar implica un proceso de recortar, de quitar, pero este “recorte” trae posteriormente un incremento en el rendimiento del fruto que realmente sirve (http://es.wikipedia.org/wiki/Poda). Así que, no pensemos tanto en el “recorte”, sino en el “rendimiento” que vendrá.

Y ahora, mis amados hermanos, les pido algo más. Tengan cuidado con los que causan divisiones y trastornan la fe de los creyentes al enseñar cosas que van en contra de las que a ustedes se les enseñaron. Manténganse lejos de ellos. Tales personas no sirven a Cristo nuestro Señor; sirven a sus propios intereses. Con palabras suaves y halagos, engañan a la gente inocente; pero todos saben que ustedes son obedientes al Señor. Eso me llena de alegría. Quiero que sean sabios para hacer lo que está bien y sigan siendo inocentes en cuanto a toda clase de mal. El Dios de paz pronto aplastará a Satanás bajo los pies de ustedes. Que la gracia de nuestro Señor Jesús[g] sea con ustedes” Romanos 16:17-20

Así que estén alerta. Recuerden que día y noche, durante tres años, no he dejado de amonestar con lágrimas a cada uno en particular. »Ahora los encomiendo a Dios y al mensaje de su gracia, mensaje que tiene poder para edificarlos y darles herencia entre todos los *santificados” Hechos 20:31-32

Dios les bendiga!
Itala D´Ambrosio S.

¿SOY DIGNO DE CONFIANZA?

¿SOY DIGNO DE CONFIANZA?


“No fue necesario pedir cuentas de este dinero a los supervisores de la construcción, porque eran hombres honestos y dignos de confianza” (2 Reyes 12:15)

Este versículo trae a mi memoria a un antiguo jefe, a quien yo trataba de rendirle cuentas de todo el movimiento de efectivo (pagos especialmente), que hacía desde las cuentas bancarias de su empresa, y ante mi insistencia de que supervisara mi trabajo me dijo: “te di acceso a mis cuentas bancarias porque te conozco y sé que serías incapaz de robarme, confío más en ti que en mi propia hermana”.

El ser dignos de confianza es un honor que llena de gozo, que da un ánimo indescriptible, pero también es una gran responsabilidad. La confianza no se exige, se gana; no se mendiga, se compra a precio de honestidad, de integridad, de deseos de querer hacer las cosas bien.

Hay un concepto que se conoce en la vida cristiana, pero que lamentablemente muy poca gente practica, y es la MAYORDOMÍA. El apóstol Pedro, nos dice que todos los cristianos somos administradores de la multiforme gracia de Dios” (1 Pedro 4: 10)

Un mayordomo es aquella persona a quien el dueño deja a cargo porque confía en que cuidará sus bienes como si fueran suyos, aunque está consciente de que no lo son. (Lucas 12:35-48). Dios es el dueño y señor de todo lo que somos y tenemos, y nos ha puesto como mayordomos de su creación.

Un ejemplo bíblico de mayordomía es José:
El Señor estaba con José, por eso tenía éxito en todo mientras servía en la casa de su amo egipcio.Potifar lo notó y se dio cuenta de que el Señor estaba con José, y le daba éxito en todo lo que hacía.Eso agradó a Potifar, quien pronto nombró a José su asistente personal. Lo puso a cargo de toda su casa y de todas sus posesiones. Desde el día en que José quedó encargado de la casa y de las propiedades de su amo, el Señor comenzó a bendecir la casa de Potifar por causa de José. Todos los asuntos de la casa marchaban bien, y las cosechas y los animales prosperaron. Pues Potifar le dio a José total y completa responsabilidad administrativa sobre todas sus posesiones. Con José a cargo, Potifar no se preocupaba por nada, ¡excepto qué iba a comer!” (Génesis 39:2-6)

Ha colocado en nuestras manos una familia, una iglesia, e incluso nuestro propio cuerpo, que es el templo y la morada de Su Espíritu.

Una de las áreas que muy pocas veces tomamos en cuenta es la física, el cuidado de nuestro cuerpo, que es en donde habita el Espíritu Santo. Cuántas veces nos hemos desvelado orando y reprendiendo enfermedad y cansancio, cuando, generalmente, lo que hay que echar fuera son los malos hábitos a los que nosotros mismos nos hemos acostumbrado (mala alimentación, pocas horas de descanso, cero actividad física). Este es un asunto en el que Satanás nada tiene que ver, más bien es una cuestión de poner en práctica el “dominio propio” que se supone ahora tenemos: “Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor y timidez sino de poder, amor y autodisciplina.” (2 Timoteo 1:7)

Otra de las áreas que parece no ser importante para algunas personas es el cuidado y mantenimiento de los recursos que Dios nos ha dado a administrar dentro de la iglesia. La primera vez que tuve la oportunidad de predicar (en un taller de homilética dado por nuestro pastor Miguel Osuna), hablé de esta área de la mayordomía, y reflexionaba lo siguiente: “¿de qué me sirve dar una ofrenda de Bs.50,oo si le generó a la iglesia un gasto de Bs.100,oo? Porque exactamente eso hago cuando dejo luces y equipos electrónicos encendidos, cuando ingiero alimentos en áreas restringidas y mancho alfombras y sillas, cuando daño un objeto y no tengo la voluntad y el sentido común de confesarlo y reponerlo. Todo eso genera un gasto, la pregunta es ¿un buen mayordomo genera gastos? NO, la Biblia enseña que un mayordomo no solo cuida, sino que multiplica los bienes del dueño, que en este caso es DIOS. (ver la vida de José – Gen 39)

¿Qué estamos haciendo con todo lo que el DUEÑO colocó en nuestras manos? ¿Lo estamos cuidando y multiplicando? ¿Qué clase de mayordomos somos?

Medita en esto: ¿acaso yo demuestro con mis ACCIONES que soy una persona digna de confianza?

Mateo 25:29 “A los que usan bien lo que se les da, se les dará aún más y tendrán en abundancia; pero a los que no hacen nada se les quitará aun lo poco que tienen”

Dios les bendiga

Itala D´Ambrosio Silva
www.dambrosioitala.blogspot.com
09/07/2013