Friday, September 24, 2010

LOS FRUTOS MAS GLORIOSOS!

“En resumidas cuentas, ¿cuál es nuestra esperanza, alegría o motivo de orgullo delante de nuestro Señor Jesús para cuando él venga? ¿Quién más sino ustedes? Sí, ustedes son nuestro orgullo y alegría.”. 1Tes 2:19-20


De los cinco capítulos en los cuales se divide esta carta, creo que en éste es en donde más se expresa el gran amor de Pablo por aquellos que recibieron al Señor Jesús a través de él.

Los primeros versículos relatan las dificultades que tuvieron Pablo, Silvano y Timoteo para predicar en Tesalónica y la veracidad de su predicación, reafirmando la procedencia celestial de sus palabras. A lo largo del capítulo, Pablo hace uso de algunas analogías para describir su dedicación a esa joven iglesia, y finalmente cierra con broche de oro afirmándoles que son ellos la ofrenda más valiosa que podría presentar delante del Señor a su venida.

Tomando en cuenta la enseñanza de Pablo en este capítulo, me hice algunas preguntas:
- ¿Estoy yo guiando a las personas a mi cargo con el mismo amor y dedicación con la que lo hizo Pablo con los Tesalonicenses?
- ¿Los veo como la ofrenda más valiosa que puedo dar al Señor?

Según el apóstol Pablo, nuestra conducta hacia el nuevo creyente debe ser:

1) Honesta y humilde (v. 3-6):

Una de las cosas que caracteriza a un verdadero líder es que no tiene nada que esconder, en su portafolio no lleva dos agendas ni en su corazón el deseo de agradar a hombres por encima del anhelo de honrar a Dios.

Paradójicamente, este líder es admirado por quienes le siguen como consecuencia de su humildad, y es beneficiado por sus discípulos debido a su notable esfuerzo por no ser una carga para ellos.

2) Maternal (v. 7-8):

La esperanza de todo líder es ser amado por sus discípulos, pero los primeros pasos para que esto ocurra los da él mismo. Pablo se compara con una madre que amamanta y cuida a sus hijos, esto implica abnegación, una atención especial, tierna y constante. Observe como una madre tiene cuidado de su niño los primeros meses de nacido. Asimismo debemos atender a aquellos a quienes llevamos las buenas nuevas.

Justamente hace un par de días conversaba con la pastora acerca de mi conversión, y me decía que yo era una especie de “Pepito preguntón”, una persona extremadamente lógica, por lo cual hacía muchas preguntas, pero ella, como madre espiritual, tuvo gran paciencia y constancia. Así que, como Pablo, puedo decir que ella se goza en los frutos que han generado las semillas que una vez sembró, tal vez con algunas lágrimas, pero también con amor y esperanza.

3) Irreprochable (v.9-10):

De nada nos sirve hablar y no actuar. La Palabra nos dice que no seamos solo oidores, sino hacedores (Sant 1:22-25). Un líder que no vive lo que predica es peor que aquel que ni lo predica ni lo vive, porque el que no da testimonio afecta negativamente el trabajo de los que si son de conducta ejemplar, pero el que no lo predica ni lo vive, a pesar de que se daña a si mismo, no arrastra a otros con él. Jesús advirtió a sus discípulos diciéndoles: “pobre de aquel por quien vienen los tropiezos” (Lc 17:1-2).

El Señor Jesús también les enseñó que vendrán algunos tropiezos en el camino, que no será fácil, es por esto que debemos estar unidos, cuando uno cae el otro debe estar allí para levantarlo y no para pasarle por encima. Prediquemos lo que vivimos, y fortalezcámonos unos a otros en las áreas que aún se encuentran débiles.

4) Paternal (v. 11-12):

Generalmente los padres tienden a ser más estrictos que las madres pero ambos son igual de importantes en la formación de un hijo. Pablo trató a sus discípulos con la ternura de una madre pero también con las exigencias y correcciones de un padre. Los consoló en tiempos difíciles y los exhortó en momentos de posible vacilación. La exhortación no es algo que agrade en el momento, pero por experiencia propia puedo asegurar que será eternamente agradecida y recordada. Algunos de sus frutos son: obediencia, disciplina y orden.

5) Anhelante (v.17-18):

¿Quién, siendo discípulo, podría decir que no es agradable ver el interés de su líder no solo por integrarlo al trabajo ministerial, sino por cultivar una amistad que conlleve a un compañerismo más estrecho?

Pablo no solo se mostró como el gran líder espiritual que era, sino como un amigo y hermano, los tesalonicenses supieron que, aunque Pablo estaba impedido de ir hasta ellos, en su corazón estaba el ferviente deseo de estar en Tesalónica, les expresó en sus cartas las ansias de verlos, de estar con ellos compartiendo como una gran familia. Esta actitud siempre fortalecerá los lazos entre líder-discípulo.

Muchas veces solo llamamos a las personas para invitarlos a la iglesia sin siquiera preguntar cómo están ó en qué les podemos servir. Es importante que antes de hacer la llamada nos preguntemos qué nos gustaría que nos dijeran en caso de estar al otro lado de la línea telefónica.

“El fruto del justo es árbol de vida; Y el que gana almas es sabio” Prov 11:30

Dios los bendiga!

Itala D´Ambrosio S.
www.dambrosioitala.blogspot.com

Thursday, September 23, 2010

MUCHOS LLAMADOS, POCOS ESCOGIDOS...

“Hermanos amados de Dios, sabemos que él los ha escogido, porque nuestro evangelio les llegó no sólo con palabras sino también con poder, es decir, con el Espíritu Santo y con profunda convicción. Como bien saben, estuvimos entre ustedes buscando su bien”. 1Tes 1:4-5

En la primera carta de Pablo a los tesalonicenses, vemos reflejado el amor y dedicación de este apóstol hacia aquellos que recibieron las buenas nuevas a través de él, así como el agradecimiento al Señor por la consolidación de su Palabra en cada uno de ellos.

La comunidad cristiana de Tesalónica era relativamente joven, con poco tiempo de formada y comenzando apenas a crecer en medio de obstáculos y gran oposición. Sin embargo, nada de esto fue impedimento para que aquellos hombres y mujeres fuesen instrumento de gran valor en las manos de Dios. Los versículos 4 y 5 confirman el llamado de este pueblo a dar testimonio del evangelio, a ser ejemplo y guía espiritual a pesar de la tribulación que atravesaban, la cual lejos de desanimarlos mas bien pareciera darles fuerzas para seguir adelante.

Según lo que afirma Pablo en estos versículos, los elegidos de Dios, aquellos que han sido llamados a su servicio y aceptan seguirle, abre su corazón y alberga en el:

1) El poder de Dios:
El mismo Señor Jesús les dio potestad a sus discípulos para que en su nombre hicieran milagros (Mt 10:1), pero fue realmente en el día de Pentecostés que ellos recibieron este poder y comenzaron a ser instrumentos de Dios completos, viéndose milagros y prodigios a través de ellos.

Con respecto al día de Pentecostés, la Palabra dice que los discípulos estaban “unánimes juntos” (He 2:1). “Unánime” significa: grupo de personas de común parecer; y “juntos” quiere decir que estaban reunidos en un mismo lugar.

El Señor se complació en otorgarles estos dones extraordinarios cuando finalmente estaban en un solo sentir, con una misma visión, y reunidos en un mismo lugar, trabajando en equipo. Él no derramó su poder en uno primero y en otro a la semana siguiente, NO, Dios se agrada de la unidad del cuerpo. Imagínese a Dios dando piernas fuertes y rápidas a un cuerpo en donde los ojos no ven ó simplemente no están, está persona correrá y con la misma rapidez se caerá.

Nos preocupamos por recibir dones, por ser usados por Dios e ir como grandes profetas a las Naciones, tal vez soñamos con un ministerio como el de los hermanos Calveti, y nos esforzamos por conseguirlo ¿quién dice que no? Pero hoy yo quiero que meditemos en lo siguiente:
“El Señor quiere que, en vez de afanarte por desarrollar individualmente tu ministerio, le tiendas la mano a aquel condiscípulo que tal vez empieza, que quizás aún no entienda la visión con la que estén trabajando, que te reúnas con quienes Dios ha elegido como condiscípulos y sean de un solo sentir, un solo pensamiento; anima al que está triste, fortalece al débil, se la andadera del que aún no puede caminar por su propia cuenta. De esta forma todos viviremos nuestro Pentecostés, pero como lo dice la Palabra: “unánimes juntos”

Si tu realmente consideras que Dios te ha elegido entonces se sobreentiende que eres un miembro activo de su cuerpo, que formas parte de un grupo de discípulos que están bajo la autoridad de un líder, que compartes la visión de la iglesia y ansías el bien común de la gran familia de Dios.


2) El Espíritu Santo:
Los tesalonicenses fueron ejemplo para otras comunidades, esto habla de la manifestación de los frutos del Espíritu Santo en ellos. Cuando el Espíritu de Dios mora en nosotros las palabras muchas veces sobran, nuestra conducta refleja el verdadero cambio, una transformación que va acorde con las enseñanzas y el carácter de nuestro Señor Jesucristo.

Si realmente consideras que Dios te ha elegido entonces se sobreentiende que el carácter de Cristo en tu vida da testimonio por si solo a los que te rodean, que los frutos del Espíritu se manifiestan en tus acciones cada día más (Gal 5:22).

3) Profunda convicción:
Algunos diccionarios dicen que “convicción” es una idea fuertemente arraigada. Esta gente de Tesalónica verdaderamente experimentó un cambio radical, toda la enseñanza recibida de Pablo y sus discípulos fue aceptada como la verdad absoluta. En otras palabras, aunque no veían no dudaron, y aunque las circunstancias parecían contradecir esas enseñanzas, ellos permanecieron seguros de recibir algún día aquello que no habían visto, a esto le llamamos FE (Heb 11:1).

Si realmente consideras que Dios te ha elegido entonces se sobreentiende que confías plenamente en la enseñanza que has recibido de tus líderes espirituales, que entiendes y proclamas el Evangelio como la verdad absoluta, incluso en situaciones de oposición y opresión, y que has experimentado una transformación fácilmente visible por quienes alguna vez te vieron sin el Señor a tu lado.


“No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé” Jn 15:16

Dios los bendiga!

Itala D´Ambrosio S.
www.dambrosioitala.blogspot.com

Thursday, September 9, 2010

¿DE QUÉ LADO ME COLOCARÁ EL PASTOR? ¿DERECHA Ó IZQUIERDA?


Y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino”. (Mt 25:32-34)

Sería muy sencillo que solo me preguntarán de qué lado quiero estar, alzar la mano e inmediatamente pasar al lado derecho, al lado de los herederos. Sin embargo, por más lana que compre y vista no estaré en el lugar reservado para las ovejas si mi conducta no demuestra lo que realmente ellas representan.

Existen algunas características de las ovejas que me gustaría resaltar:

1.- “Oveja que anda...bocado halla” (Alimentación) La oveja es un animal herbívoro, esto quiere decir que se alimenta de plantas.

Nuestra fuente de alimentación debe ser la Palabra de Dios. Muchas veces decidimos variar el menú y vamos a un mundo en donde se nos ofrece fillet mignon envuelto en hojas de lechuga y nos insisten en que es un plato vegetariano. Lo peor de esto es que, aún sabiendo que no lo es, saboreamos hasta el último bocado concientes de que luego vendrá la indigestión.

¿Cómo se sentirá un pastor al ver a la oveja que vio nacer, cuidó y protegió, ahora adulta pero enferma por desobediencia?

“Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso”. (Heb 13:17)


2-. Buena oveja la que produce y no se queja” (Productividad): de la oveja el pastor obtiene leche, carne, cuero y lana.

Si nos llamamos a nosotros mismos ovejas y aceptamos todos los beneficios que involucran la cobertura de nuestro pastor, eso significa que también traemos bendiciones a su vida, que somos productivos y que él puede tener la plena confianza de que su esfuerzo, dedicación, constancia e incluso riesgos por nuestra causa no son en vano.

¿Puede nuestro pastor contar con esa reciprocidad?

“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos” (Mt 7:15-17)

3- “Aunque visto de lana, oveja no me llaman” (Carácter): es un animal pacífico, dócil, no se deja guiar por cualquiera, solo sigue la voz de su pastor, vive en comunidad, si alguna presiente peligro alerta a las demás.

Nuestro carácter se manifiesta a través de nuestras acciones. Muchas veces nos afanamos en adquirir conocimiento y creemos que el pastor nos debe tomar más en cuenta porque nos hemos convertido en grandes teólogos con media Biblia memorizada, sin embargo, hasta que todo ese conocimiento no se materializa en obras difícilmente se contará como testimonio. En la película “El Libro de los Secretos”, Denzel Washington memoriza la Biblia sin ponerla en práctica, y después de muchos errores cometidos se da cuenta que de nada le sirve conocerla sin vivirla.

El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca”. (Lc 6:45)

¿Podrá nuestro pastor mirarnos y sentir paz en colocarnos del lado derecho? ó ¿continúa con el trabajo agotador de traernos de vuelta al redil cada cierto tiempo?

Cuando el pastor ve a una oveja fuera del redil va y la trae de vuelta, esto lo hace cuantas veces sea necesario y nos parece maravilloso, pero a la hora de bendecirlo con lana, cuero, carne y leche nos cuesta dar el paso. Aún manejamos el concepto de que el pastor está para dar y no necesita recibir. Es importante corregir esa conducta de “embudo” en donde el lado más amplio es el nuestro.

“Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan; y que los tengáis en mucha estima y amor por causa de su obra”. (1Tes 5:12-13)

Bendecimos a nuestros pastores y les agradecemos haber aceptado el arduo trabajo que implica alimentarnos, cuidarnos, protegernos y guiarnos a la meta que ya Dios dispuso para cada uno de nosotros.

Itala D´Ambrosio S.

www.dambrosioitala.blogspot.com

Sep 2010